Es uno de los viajes más bonitos que he hecho con los niños. Cuando recuerdo la semana que pasamos en el Valle del Loira me viene siempre una sonrisa de felicidad. Fue uno de esos viajes perfectos en los que el destino te sorprende. Es un lugar de cuento. Castillos, viñedos, pueblos de película, paisajes verdes y crepes.
El encanto de esta zona de Francia no puede explicarse con fotos. Tiene algo mágico que se siente cuando estás allí, y más si vas en familia. Es un viaje cómodo, con muchas zonas llanas para correr, jugar, andar en bici y una de las grandes ventajas es que se puede ir en coche.
Me sorprende que es un destino bastante desconocido para lo maravilloso que es. Y hoy os cuento mis 5 lugares imprescindibles:
AMBOISE. Nuestro centro de operaciones para movernos por la zona fue Amboise, y sin duda fue una gran elección. Es el emplazamiento ideal para visitar los castillos, ya que se encuentra en el centro del Valle, y además la propia ciudad cuenta con dos de los castillos más populares: El Castillo Real de Amboise y el Castillo de Clos Lucé.
Es un pueblo con bastante ambiente ya que hay mucho turismo, y tiene bastantes sitios para aparcar de forma gratuita. Y tiene preciosas terrazas y restaurantes en los que comer, cenar y merendar deliciosos crepes.
CASTILLO DE CHENONNCEAU. En todos los rankigns es siempre uno de los más bonitos. Así que no dejes de ir si visitas la zona. Su posición sobre el río le concede un aire señorial y unos siente que ha retrocedico en el tiempo. Prioridad absoluta. No te lo puedes perder. Chennonnceau es espectacular.
CHAMBORD. Para mi Chambord fue uno de los días más bonitos del viaje. Convertimos la visita al castillo en una aventura porque ese día alquilamos un barco para recorrer los alrededores y ver el castillo desde el agua. A los niños les encantó la experiencia.
No hace falta pagar para verlo por fuera así que el primer motivo y el más importante sobre todo para nuestros bolsillos es que su entrada “es gratis”. Eso sí, para poder verlo por dentro si que hay que pagar.
CASTILLO DE VALENCAY. No salía en muchos rankings como uno de los más bonitos y sin embargo resultó ser uno de mis preferidos. Su armonía, su ambiente…La zona de juegos que tiene para niños, el laberinto pasamos un buen rato para encontrar la salida… Y sobre todo me encantó la granja de animales.
VILLANDRY. Otro de mis preferidos. Sus jardines, al más puro estilo Versalles, invitan a recorrerlos sin prisa. El Castillo por dentro no nos pareció gran cosa pero sin duda sus exteriores merecen mucho la pena.
El Loira en familia. Uno de esos viajes que son acierto seguro. ¿Te animas?
Nosotros hicimos ese viaje con nuestros mellizos en el verano de 2016. Yo añadiría el Château de Cheverny ( que inspira una de las historias de Tintín) y donde ver como dan de comer a los perros de caza es un espectáculo y el Château de Usse o Castillo de la bella Durmiente ( mi niña literalmente estaba alucinada).
Ayy! Suena tan bien lo que cuentas…me encantan ese tipo de viajes pausados, de pueblecitos mas que ciudades, de castillos y jardines donde los niños puedan correr… gracias por las ideas! Creo que es un sitio que hay que visitar más pronto que tarde 😉