Me encanta descubrir este tipo de sitios. Lugares a los que huir de la ciudad un sábado cualquiera, rodearme de verde, jugar con las hojas, buscar hormigas, tumbarme al sol y desconectar un rato de todo. Pasar aquí unas horas me reconcilia con todo y me hace volver a casa con una sonrisa y mucha mucha energía. Vi una foto en Instagram y sin saber muy bien lo que iba a encontrarme preparé picnic y anuncié en casa: nos vamos!
Destino: Embalse La Jarosa. Una de las ventajas es que está muy cerca de la ciudad. Se accede a él desde la A6 y se llega en unos 40 minutos desde del centro. Es un reducto de paz. En medio del campo, rodeado de vacas, de árboles y montañas… bajamos las ventanillas cuando estábamos llegando y los niños iban emocionados viendo los animales y todo lo verde. Cambiar de aires en tan poco tiempo sienta tan bien… Hacía media hora estábamos en medio de la ciudad y ahora… aquí…
ACCESO CON SILLITAS. Una de las cosas que más me gustó es que es super cómodo. Se aparca justo enfrente del embalse, hay parking habilitado para coches con mucho espacio, restaurante por si quieres comer o tomar café… y en pocos metros está ya el embalse por lo que se llega en un par de minutos andando con la sillita.
Nosotros llevábamos nuestras cestas de picnic para comer allí en plan campestre. Hacía un día maravilloso y nos apetecía aprovechar los rayos del sol. Bárbara estuvo como una loca jugando con la pelota y nuestros dos hijos se lo pasaron en grande haciendo de todo: jugar a lanzar piedras, correr, futbol…
Es increíble tener esto tan cerca de Madrid. Las vistas son preciosas y lo mejor es que no hay mucha gente (al menos el día que nosotros fuimos, claro que era principios de mayo, supongo en verano estará hasta arriba)
Me parece un plan perfecto para pasar con los niños un día en la naturaleza.