Los niños son nuestro espejo. Para lo bueno y para lo malo. Es una idea que tengo presente desde que soy madre. Ellos nos ven constantemente: se fijan en cómo reaccionamos ante las situaciones de crisis, cómo nos alegramos con las buenas noticias, saben cuándo estamos tristes y cuando hemos tenido un buen día. Para tener niños felices, el primer paso es ser padres felices. Así de simple.
¿Cuántas veces os ha pasado como a mi, que oís a vuestros hijos hablar con frases que son vuestras? De pronto la oigo hablar y pienso: es una mini yo…
Los niños son intuitivos y mucho más inteligentes de lo que creemos. Y eso es porque tienen una gran ventaja: aún no están contaminados. No tienen prejuicios, ni recurren a situaciones previas para entender algo, no se martirizan pensando en qué pasará dentro de 6 meses si hago esto: viven, descubren, observan, se empapan y sobre todo se centran en el presente. Te escuchan, te miran… importa el hoy. Y aún son un lienzo en blanco: lo que vean, harán.
Ser madre es una gran responsabilidad porque de verdad creo que lo que seas hoy determinará en gran medida el carácter de mis hijos mañana. Y para mi una de las grandes herencias que quiero dejarles es: ayudarles a pensar en positivo. Entre dos opciones siempre la buena. Siempre.
Es cuestión de práctica créeme. Es cuestión de tomarselo en serio. Educa a tu cerebro para ver lo bueno y lo verás.
Veo a mi alrededor madres que pierden los nervios por nada y gritan sin parar y veo la mirada triste de los niños, mirándolas desde abajo. Veo padres que creen que tienen derecho a no estar porque después de trabajar, tienen que «descansar». Veo a familias en las que no se defiende el espacio familiar. Veo enfados en los atascos, prisas en la cola del super, malas formas, crispaciones injustificadas… Veo mucho cansancio en esta sociedad, mucha desgana.
Y los niños reciben. Reciben sin parar lecciones. Buenas y malas, las que sean. Ellos están ahí, en el coche cuando te enfadas en el atasco, en la cola del súper o en el sofá, esperándote todo el día cuando tú llegas de mal genio. Ellos esperan a una madre feliz.
Que conste que no defiendo que la vida sea «happy happy». Todos tenemos malos días, a mi también me pasa, qué creéis? Yo también trabajo como una loca, vivo agotada y hay días que no puedo ni con mi alma y mi humor está a punto de convertirme en Mr Hyde. A veces sin quererlo les hablo a los niños de una forma que desearía haber evitado. Nos pasa, por supuesto, pero eso no quiere decir que sea bueno.
Los niños no deberían ser blanco de nuestro cansancio. Son lo mejor que tenemos, lo más inocente, por qué no darles a ellos lo mejor de nosotros?
En la vida hay que celebrar. El día a día, las pequeñas rutinas. Hay que cenar en familia. Hay que hablar de lo que ocurre. Hay que ver lo bueno y apreciar lo que no falta. En la vida hay más cosas buenas de las que creemos, y es cuestión de fijarse en ellas y dejar de quejarse.
Si los niños tienen padres felices, se obrará el milagro, y ellos serán niños felices. Pruebalo, la felicidad se contagia.
GRacias, estos post salen del corazón, de verdad que lo pienso. Un beso fuerte
Johanna, me ha encantado. Estoy de acuerdo que todos tenemos días malos.Pero también en que cada vez hay más gente que buscando su espacio personal, se olvida del espacio familiar, y eso repercute de forma más significativa en los niños,sin olvidar la vida de pareja…¿Como esperamos que un adolescente se siente a cenar con sus padres, si nunca nos hemos sentado con ellos, en la época en que sí querían compartir su tiempo con nosotros?¿Cómo esperamos que nos cuenten qué han hecho en el día? Si con las prisas…ni les preguntamos…..Muchas gracias por tu reflexión, y a obligarnos a parar a pensar
Muchísimas gracias, totalmente de acuerdo contigo. En esta vida rapida y exigente que tenemos sacrifimos lo más importante: el tiempo y la actitud positiva con nuestro hijos. Un beso fuerte!
Cuánta razón tienes! Me sorprendo cuando imitan las risas, cuando tratan con amor a nuestra perrita, cuando también las riñen, cuando abrazan a mi abuela, su bisa!
Son imitadores de lo bueno y de lo malo! Mostremos el lado bueno a nuestros hijos!
Preciosas palabras…
gracias, preciosas también las tuyas, un beso enorme para ti, para tu perrita y para su bisa. Mua
Estoy de acuerdo, sobretodo en la parte donde asegura que los niños se merecen lo mejor de nosotros, ellos no tienen culpa habitualmente de nada y nosotras elegimos tenerlos!
Creo que los valores actuales nos marcan un camino MUY egoista donde impera nuestro confort, nuestro cuerpo, nuestra comodidad, nuestro interés, antes que cualquier otra cosa y claro, asi algunas personas acaban delegando demasiado…conozco muchas «mamás» que utilizan a las muchachas para suplirlas a ellas…mal camino. Las muchachas acompañan a las niñas a ballet, a natación y pretenden que hasta a hacer los deberes y claro como dice Ainhoa, llegan a adolescentes y no hay posibilidad de «engancharse» a ellos, ni a comunicarse ni a tenerlos cerca.
Hay que pensar cómo esucar bien y bajo mi punto de vista dejar los egoismos de lado, yo prefiero estar con mis hijos mientras hacen los deberes que irme al gimnasio.
Saludos
Mucha rzon. Es uno de mis objetivos empezados este año y que espero consolidar el 2017. Hay que sonreirle a la vida.
No sabía si ponerme a llorar o salir corriendo después de haber leído lo que habías escrito. Este lunes cumplo 40 fantásticos otoños, tengo dos hijos sanos y estupendos, y un marido que me quiere y al que quiero con locura. No puedo quejarme absolutamente de nada, y, aún así, con todo esto, hay días que me estreso y me enfado por chorradas. Estoy de acuerdo con tus palabras al 1.000 %.
Muchas gracias por hacernos ver y pensar sobre estas cuestiones.
Un abrazo.