Un trocito de Laponia

Es  uno de los planes más bonitos y diferentes de esta Navidad. Me invitaron a conocer este fin de semana «Un trocito de Laponia» en Madrid y os confieso que fui un poco escéptica, sin saber qué iba a encontrarme. Pero crucé la puerta y empezó la magia. Qué lugar tan bonito y entrañable. Un trocito de Laponia es una recreación de la vivienda de Papa Noel en Laponia y allí los niños conocen elfos, hacen manualidades con ellos y tienen una visita privada con el querido Santa.
La decoración es preciosa. Todo está cuidado al detalle. Hay diferentes ambientes y en cada uno de ellos los niños hacen una actividad distinta. Los elfos acompañan a los niños y les van explicando cómo hacer cada una de ellas. Hicimos unos imanes para la nevera con purpurina preciosos.
También pintamos un juego de tres en raya con piedras. Y luego hicimos repostería: unas piruletas de chocolate riquísimas.
La visita dura una hora aproximadamente. Cada familia hace manualidades y van llamando a los niños para que bajen a ver a Papa Noel. Mientras una familia le ve y habla con él, los demás niños hacen la manualidad. Luego ellos suben, hacen las manualidades y bajan los otros.
De pronto suena la campaña. Y un elfo nos anuncia que empieza nuestro encuentro privado. Bajamos las escaleras y allí estaba él. Tan real, tan auténtico. «Bienvenidos», nos saluda.
Lo bonito de este lugar es que a los padres nos piden que enviemos un mail contando lo que los niños hacen bien y las cosas que tienen que mejorar para que Papa Noel hable con ellos. No sabéis sus caritas de sorpresa. Estaban alucinados oyendo a Papa Noel preguntarles cosas de su día a día. «Me han  dicho que eres muy buena hermana mayor pero que últimamente te enfadas a menudo» y mi hija mayor le miraba atónita mientras Bárbara le preguntaba sin parar: ¿y tú cómo sabes eso?
«Bárbara he visto que le chupas el dedito por la noche, vas a cumplir cinco años y creo que tienes que empezar a dejar el dedito» Bábara no respiraba. Le miraba impresionada. Pensando. Al llegar a casa me dijo muy seria: «mamá esta noche no quiero chuparmelo, voy a intentarlo, se lo he prometido a Papa Noel». Mi niña bonita. Llevo meses intentándolo sin presionarla, y parece que Papa Noel ha conseguido lo que yo no pude.
Volvimos a casa emocionados. Hasta mi hija mayor que ya sabe la verdad, salió feliz hablando sin parar de lo que le había dicho Papa Noel y de sus manualidades. Creo que la Navidad tiene este maravilloso efecto en los niños. La ilusión contagiosa. Y yo quiero disfrutarla mientras aún sean pequeños y pueda vivirla con ellos.
Super recomendable esta actividad! Tenéis toda la información en su web: untrocitodelaponia.
La actividad se recomienda a partir de dos años. Y tanto los adultos como los niños tienen que pagar entrada.

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