De Pilar de “todomundopeques» para mamasviajeras…
Lo confieso. Es una de las ciudades que conozco que más me gusta. París respira luz, una luz tranquila, que no agrede… con esa elegancia chauvinista tan francesa…
Mi marido y yo la visitamos con mi hijo mayor cuando él era el único “peque” de familia. Estuvimos una semana y lo pasamos tan bien que cuando la familia aumentó repetir la experiencia era casi una necesidad. París con niños, suena bien no es cierto?
Adoro París. Y lo que más me gusta hacer cuando voy es pasearla. París es una ciudad para caminar, y para hacerlo sin prisa, y por qué no, incluso sin rumbo. Da igual donde vayas… todo, todo lo que hay alrededor es pura belleza.
En esta ocasión nos instalamos en un apartamento de unos amigos a orillas de Sena, sí… un lujazo absoluto. El apartamento era microscópico pero al ir con peques nos resulta siempre más cómodo que un hotel y la ubicación era tan magnífica que sin duda mereció mucho la pena.
Casualmente las dos veces que hemos ido lo hemos hecho en verano y de hacerlo una tercera vez… ¡también será verano! Supongo que es una cuestión de agendas y vacaciones.
Apañarnos con los niños no es complicado, tengo la suerte de que mis hijos comen estupendamente y haciendo los desayunos en el apartamento y algunas de las cenas, las comidas solemos hacerlas fuera para seguir paseando la ciudad, conociendo sus rincones y alguno de sus museos.
Un paseo junto al Sena, caminar por los Campos Eliseos o por Trocadero a los pies de la mítica Torre Eiffel. Todos los tópicos parisinos, es cierto pero… por algo será….
Y entre paseo y paseo, nos sentamos un momento en una terraza a disfrutar de un helado… por ejemplo.
Siempre hay que encontrar un momento para saludar la belleza de Notre Dame aunque sea desde el río para después descansar en su plaza.
Y en la misma plaza, París nos regala un espectáculo de magia, un teatro para los más peques, unos malabares de salón, un momento de fantasía, un rincón en el que soñar que aún somos pequeños y que la sorpresa es lo cotidiano y la rutina no puede con ella, ni el aburrimiento existe en París. París con niños, un plan inmejorable.
Nos gusta mucho la calle, las plazas, la vida que tienen los parques. Los ritmos los marcan los críos pero la verdad es que cuando buscas relajarte ellos te enseñan a hacerlo casi sin darte cuenta… dar de comer a las palomas de la plaza de Notre Dame es de lo más entretenido y la verdad es que en ese momento ¿puede haber algo más importante en el mundo? Para ellos no.
¡¡Qué bonito todo!!
Da gusto compartir viajes, experiencias y aventuras en blogs como este y con «compañeras de viaje» como tú…
Muchísimas gracias por enseñar «mi París» o sea, el que vivimos con nuestros peques… de verdad, delicioso.
Un abrazo.
Gracias a ti Pilar. Por viajar. Por compartir. Por saber disfrutar con tus hijos de experiencias en otros países. Por hacerlas fáciles. Por demostrar que se puede. Vivan las mamasviajeras como tú.