El año que viene… Propósitos de madre!

No me suelen gustar las promesas de año nuevo. No entiendo que haya que esperar a que se acabe el año para prometer cosas que deberíamos tener ya hechas. Soy de las que apuestan por hacer los “deberes” a diario y no esperar a fin de curso.

Aún así hoy me apetecía hacer repaso. Y por qué no, cargarme de energía positiva… ¿Propósitos? Estos, entre otros muchos…

1. Escaparme con los niños un día sin preparar nada. Sin agobios. Sin tener que estar dos días antes pensando en lo que van a comer y en cómo se lo pasarán. Llegar a donde sea y pasear, jugar y reirme con ellos. Dejar de ser adulta por unas horas y disfrutar como hacen ellos el aquí y el ahora. Sólo eso. Casi nada!

2. Decirle a mis hijos cuánto les quiero siempre que lo piense. Que lo sepan. Que lo sientan. Que me lo digan también. A veces nos da reparo ser cariñosos en público. A mi ya no. No hay mejor amor que el que se demuestra.

3. Llevarles a respirar oxígeno. Del que no hay en las grandes ciudades. Ese que cada vez es más caro conseguir. Aire puro del que huele a hierba. Una escapada verde, donde el mejor plan sea jugar con una pelota y la imaginación. Y darnos abrazos muy fuertes mientras nos revolcamos por la hierba.

4. Enseñarles las cosas importantes de la vida. Las de verdad. No a manejar el móvil ni a hacer monerías con la manos. Enseñarles a perdonar, a ser pacientes, generosos…valientes. Eso es de verdad ser padre/madre. Lo demás lo aprenden solos.

5. Enfadarme menos. Ser más flexible con sus trastadas involuntarias. Los juguetes y objetos que se rompen sin querer se sustituyen, un mal grito de mama no se olvida.

6. Querer mucho, mucho a “papá”. Cada grito, cada mala palabra entre nosotros es una punzada para ellos. A veces olvidamos que están ahí, y que escuchan y ven más de lo que creemos. Quiere mucho a tu pareja. Porque dos padres que además de padres son pareja transmiten una energía que contagia a los pequeños.

7. Compartir con ellos un atardecer. Las cosas más simples son las que menos hacemos. Esperar sin prisas a que el sol se esconda, a que se apegue la luz… contarles un cuento, una anécdota, disfrutar del momento sin mirar el reloj.

8. Acercarles a la cultura. Un taller en un museo, un cuentacuentos, unos libros en casa… que el arte y la creatividad formen parte de su vida.

9. Viajar de su mano. Y hacerlo sin miedo. Con la certeza de que viajar con nuestros hijos es el mejor regalo que les hacemos a ellos…. y a nosotros. El mundo les espera. Dejales ese legado.

10. Y recuerda esta frase que leí: puedes fregar los platos más tarde, mientras tú limpias, él crece. El no necesita tantos juguetes, trabaja menos y quiere más. Serás madre toda la vida. El solo será niño una vez.

Feliz año a todas las mamás luchadoras, sean viajeras o no.