Juzcar me sorprendió muy positivamente. Las calles y las casas, las tiendas, el ambiente… todo azul, todo tematizado… un mundo 100% pitufo: las pitutapas (aperitivos azules), el mercapitufo, las pitutiendas…Hay talleres para niños y shows de los pitufos. Mis hijos estaban encantados con los «pupufos» (versión de mi hijo).
Lo que me fascina de estos planes es su cara de sorpresa. Cómo abren los ojos como platos ante sitios desconocidos y fascinantes para ellos. «Esto es un cole mama? Si, claro. ¿Los pitufos también van al cole como yooooo?» Alucinaban.
Alli hay mil cosas por hacer. Manicura pitufa, gorros pitufos… nosotros encargamos uno con el nombre de la niña. 4 euros, vale, un poco caro, sí, Pero el momento lo merece. Lo feliz que recorrió ella el pueblo pitufo de Málaga con su gorrito puesto.
El pueblo entero es un escenario. Juzcar es el ejemplo perfecto del verbo “reinventarse”. Un pueblo que antes muy pocos sabían situar en en mapa y ahora se ha ganado por méritos propios su lugar azul. Son más visible que nunca… y eso se debe al amor de todo un pueblo por la idea, por ponerle cariño y pintar sus casas y sus vidas del característico azul pitufo. No sólo es un color, es el ambiente, es que todos en el pueblo han adoptado un papel y contagian esa ilusión en los más pequeños.
En una calle encontramos huella reales de los pitufos. Os podéis imaginar la emoción… siguiéndolas divertidos nos llevaron a un bar en el que le contaron a los nños la historia de como los pitufos pintaron todo el pueblo pero a pitufo torpe se le cayó el cubo y se quedaron pintadas sus huellas… Atónitos. Y es que en el pueblo de los pitufos en cualquier esquina los niños encuentran una sorpresa.
Mi hijos disfrutaron como locos. Cada rincón y cada calle estaba ambientado. Y tiene su gracia: los niños lo viven con tanta intensidad…
Hay un show, sitios para hacer fotos divertidas con ellos, la cueva de Gargamel… y por supuesto tiendas donde te venden todo lo que puedas imaginar con forma y color pitufo.
Fui con cierto recelo, lo confieso. Sin saber muy bien si iba a ser todo un poco forzado. Pero pasamos una tarde preciosa. Tiene mucho encanto y todo está puesto con buen gusto. La gente del pueblo es amable y todo el mundo colabora en crear un ambiente especial para los niños pequeños.
El único pueblo pitufo del mundo es por méritos propios uno de los más bonitos y especiales para niños de Andalucía.
He leido vuestro articulo con mucha atecion y me ha parecido util ademas de facil de leer. No dejeis de cuidar esta web es buena.
Saludos
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