Conciliar, la palabra que despierta tantos y tantos debates. Un tema candente, sin duda. La realidad es que un reciente estudio asegura que una de cada cuatro mujeres llora una vez a la semana por ese tema. La culpa, la falta de tiempo y la necesidad de pasar con nuestros hijos menos tiempo del que nos gustaría…
Cuando Usue Medinaveitia me escribió para que colaborase con ella en su maravilloso proyecto de #mamiconcilia accedí sin pensarlo. Mi caso es muy diferente al de otras profesionales que han dejado un trabajo por ser autónomas para tener más tiempo con sus hijos.
A menudo leo y oigo entrevistas de personas que reconocen que sus anteriores trabajos no les hacían felices, que se aburrían, que no se sentían llenas ni realizadas…
Mi caso es el contrario. Yo trabajaba como periodista y era feliz. Terriblemente feliz. Este trabajo es vocacional y yo llevaba la acción en la sangre. Viajar, grabar, montar, conocer gente interesante, contar historias (a veces dramas humanos pero otras cosas divertidas) poner voz a los débiles y hacer que se les escuche… tantas risas y kilómetros de carretera junto a mis cámaras, compañeros y amigos… para mi, mi trabajo en la tele como reportera era un regalo y durante 12 años no me cansé de repetirlo.
Cuando empecé a escribir para #mamiconcilia la historia salió a borbotones.Pocas veces me «confieso» de esta forma.
Las palabras salieron del corazón y apenas pude hacer nada por contarla de una forma más objetiva o menos personal. Compartí dos capítulos de mi vida que apenas nadie conocía. Esta soy yo y mi historia: http://mamiconcilia.com/joana-saldon-elegi-ser-feliz-elegi-ser-madre/
Yo no dejé un trabajo que me aburría o no me llenaba. Dejé un trabajo que me hacía feliz, en el que tenía unos jefes y unos compañeros maravillosos y que me hacía levantarme por las mañanas sin pereza de ir a trabajar. Pero que por desgracia exigía una dedicación tan completa y absoluta que en un momento de mi vida decidí que no compensaba. Tuve que pesar en la balanza: mi hijos o mi querida profesión.
Y la respuesta fue rotunda. Os hablo a menudo de mis viajes, pero pocas veces lo hago de mi, con esta sinceridad. Echo mucho, mucho de menos sentirme periodista. Y no os voy a negar que a veces mi autoestima se encuentra a la altura de los talones.
Pero jamás me he arrepentido de la decisión que tomé. Por dura y exigente que fuera. A pesar de todo lo que perdí. Creo que he ganado más. No dinero, ni autoestima. Pero sí en dosis de felicidad: toda la que me dan mis dos niños.
Y tú qué opinas de la concilación? Es una realidad o una utopía? Cómo haces para llegar a todo? Has renunciado a algo por tus hijos?
Este es mi testimonio en #mamiconcilia. Esta es la Johanna que a lo mejor aún no conoces… http://mamiconcilia.com/joana-saldon-elegi-ser-feliz-elegi-ser-madre/
Gracias Usue! Por todo el trabajo que haces en esta causa…
Johanna, te admiro porque dejar de hacer algo que te apasiona por estar con tus hijos es digno de admiración. Has sido valiente y seguro que ahora eres feliz de otra manera: estando con tus hijos y dedicándote a tu web que cada día es más conocida. Un abrazo y te sigo siempre !!
La verdad es que el trabajo de periodista aunque es muy bonito también puede ser muy sacrificado… Yo tengo suerte con mi horario pero no tanto con el departamento en el que estoy. Bien es cierto que sigo trabajando de periodista, pero para poder tener un buen horario y no estar sujeta a disponibilidades he tenido que estar haciendo un trabajo que no me llena tanto.
Joana felicidades por tu historia. Me siento muy identificada contigo. Para mi ser madre también es lo mejor que me ha pasado. Aunque signifique renunciar a mi profesión. Me encantaria tomar un café un dia contigo y compartir experiencias como periodista y como madre! Un saludo!
Jo, tremenda historia. Enhorabuena por ese coraje. Yo ahora tengo suerte, mucha suerte con un horario conciliador, pero hubo una época en la que no, y me planteé tantas veces dejarlo… Pero iba a ser un suicidio economico puesto que mi salario es el fuerte en casa. Y tenia una gran lucha interna. Pero la vida se puso de mi lado y en mi empresa sacaron un horario «conciliador», no estoy cuando se levantan pero si les puedo ir a buscar todas las tardes. Tengo mucha suerte y lo valoro mucho porque se que otras están sufriendo y aguantando situaciones porque no les queda de otra.
Querida Joana, ¡has dado en el clavo!
Yo tampoco suelo hablar de mí, aunque la ocasión lo merece.
A menudo pienso en renunciar a un sueño que se ha hecho realidad, a mis 42 años; poder entrar en la universidad para llegar a ser matrona. Hace 3 años que comencé y voy terminando segundo curso de enfermería, Hace dos que tuve a mi segunda hija. La primogénita es adolescente más el cuidado diario que exige unas limitaciones físicas que tengo, reduce mucho el tiempo para dedicar a las niñas, por lo que me planteo renunciar a la formación para disfrutar de mis hijas, y estar al cien por cien por y para mi familia. Es lo más importante ahora. Gracias por tu espléndido y participativo comentario.
La conciliación es una utopia. Te das cuenta que por mucho que quieras no puedes dar el 100% si quieres disfrutar de tus hijos. Al igual que tu, yo decidí cuidar de mi hjija. Solo se vive una vez y quiero que recuerde cuando sea mayor que su madre estuvo a su lado mientras crecia. Pero reconozco que no todo el mundo lo tiene tan facil. Vivimos en una sociedad donde todo cuesta y a veces no podemos dejar nuestro trabajo porqué nuestro sueldo es necesario para pagar la hipoteca, un cole o necesidades más básicas.