Hola! Hay alguien ahí? Después de unas largas vacaciones yo ya estoy de vuelta… y vosotros? Es lo que tiene irse de vacaciones tan tarde (en nuestro caso a mediados/finales de agosto) que cuando vuelves todo el mundo está ya incorporado y con las pilas cargadas. Y yo aún un poco nostálgica…
Este verano ha sido muy especial para mi. Agotador, no voy a engañaros. Posiblemente uno de los más cansados de los últimos años y la razón es obvia: viajar con tres hijos, uno de ellos bebé. Solo hay cuatro manos y tres niños que no paran y necesitan cosas, normalmente (siempre) al mismo tiempo.
No es fácil gestionar bibes con desayunos de los mayores, encajar las visitas a la playa o los paseos con las tomas de la pequeña… hemos vivido momentos de crisis, no voy a engañaros. Y sí, posiblemente este no será el mejor verano de mi vida. Ninguno con tantas revisiones médicas, tantos bibes y tanto cansancio puede serlo. Pero sin duda ha sido un verano feliz. Inmensamente feliz.
Viajar es la mejor forma de relajar la mente, de aprender despacio y de vivir otras vidas. De olvidarse de problemas por unos días y ver lo bonito de todo. Y el destino elegido de este año, Portugal, ha sido tan perfecto como soñaba. Portugal es muy especial y la zona en la que hemos estado ideal para los niños: Sintra y sus palacios, Lisboa y el tranvía y esos barrios decadentes y maravillosos, Cascais y sus playas y sus paseos frente al mar, Comporta, el secreto mejor guardado de Portugal… esos atardeceres en playas infinitas nosotros solos, guauuu, otro mundo.
Los que me seguís ya sabéis que soy bastante animada y un poco loca, y me encanta hacer cosas y no parar. Para mi desconectar y estar de vacaciones es eso: viajar, conocer, descubrir sitios, hacer, lo que sea, pero hacer.. Después de tantos meses metida en una cama necesitaba más que nunca hacer un viajecito en familia y desconectar como a mi me gusta: moviéndome… Harta estaba ya de estar parada.
La zona de Cascais nos ha sorprendido muy gratamente. Hay playas preciosas pero también pueblos bonitos, paseos junto al mar, palacios… no está lejos de Madrid y se puede ir en coche. Cumplía todos nuestros requisitos.
Sin duda ha sido un acierto. Portugal tiene muchísimo encanto. La luz, sus paisajes, sus playas infinitas y salvajes, la comida deliciosa y todos esos pueblos entrañables y decadentes, donde pasear con los niños ya es de por sí, un placer. He vuelto tan enamorada que ya estoy pensando que todos los años deberíamos hacer allí una escapada unos días… Claro que esta idea seguro que se me ha olvidado el año que viene porque me he enamorado de otro destino, ja,ja…
Vuelvo con las pilas cargadas. Agradecida de haber podido pasar unos días en familia, los 5 solos. Me gusta mucho pasar unos días con amigos o con los abuelos, pero para mi un viaje juntos y solos es imprescindible cada año. Es una forma preciosa de hacer familia, de estar más cerca que nunca, de compartir juegos, aprendizajes, de hablar mucho… tiempo de calidad. Eso que tanto escasea en nuestra ajetreada vida.
Si algo tengo claro ahora es que la gente más feliz no es precisamente la que tiene lo mejor siempre… sino la que sabe aprovechar lo que la vida le da y lo disfruta. En eso consiste todo.
No será el mejor verano de mi vida, sí, arrastro mucho cansancio, pero ha sido un verano feliz. Inmensamente feliz. Con eso me quedo.
¡Qué bueno! Me ha recordado a cuando estuve con mis niñas (que por entonces tenían 2 años) en el Algarve. A todos nos encantó el viaje y ahora al ver las fotos, me he retrotaido en el tiempo. De modo que, gracias y enhorabuena por el post. Saludos!!!
Hola Johanna,
Sigo regularmente tu blog y me encanta. Yo también era de las que viajaban todo lo que podía antes de tener a mis nenes y tenía claro que no iba a dejar de hacerlo después. Y no, la única opción de viajar con niños no son los hoteles con animadores infantiles, como me dijeron algunos. Me ha gustado mucho tu sinceridad respecto a lo desesperante que puede llegar a ser viajar con niños pequeños (los míos tienen ahora 3 y 1 año), es algo que no siempre se encuentra en la red y que a veces me ha hecho pensar si seré la única a la que le pasa, ja, ja. Pero al final siempre pienso que me la estarían montando igualmente en mi ciudad y cuando llega el momento de volver a casa mi cabeza ya empieza a pensar en el siguiente destino. Quiero que los viajes en familia sean un maravilloso recuerdo de su infancia.
Casualmente este año también hemos estado en Portugal, concretamente en Lisboa, Sintra y el PN del Sudoeste Alentejano y la Costa Vicentina. ¡Me ha encantado todo! Tomaré nota de lo que nos cuentes para un próximo viaje.
Saludos.
Hola Paula!!
Yo creo que todas las que somos madres sabemos lo agotador y deseperante que puede ser a veces moverse con los niños. Por supuesto que nada es perfecto ni sencillo. Y yo igual que tú también tengo mis momentos de crisis en los que la bebé llora, los mayores están cansados y no quieren andar y tu te preguntas en qué momento decidiste patear la ciudad en vez de tumbarte en una piscina a no hacer nada durante 15 días ja,ja… Pero como bien dices a las que nos gusta viajar nos compensa, y al final esos momentos son algo puntuales y se gestionan y terminan. Y a mis hijos les encanta viajar con nosotros y a mi se me cae la baba viendoles disfrutar en distintos países aprendiendo cosas. Para mi es una forma de educarles y abrirles la mente. Yo también en cuanto llego empiezo a pensar en próximos destinos… tenemos la misma enfermedad ja,ja..
Un beso gigante de corazón! Mua