Un domingo cualquiera. Ningún plan a la vista. Nos levantamos dispuestos a pasar un día «normal». El secreto: volver a mirar los sitios que uno ya conoce: El Retiro en Madrid. Y hacerlo con otros ojos. Con los ojos de los niños. Y esa capacidad de sorprenderse y disfrutar de todo con la pasión de la primera vez. Aunque sea la demimoquinta vez que hacen ese mismo plan.
Con eso en la cabeza, este domingo soleado, nos fuimos al Parque El Retiro. El mismo parque, la misma ciudad, el mismo paseo… Pero esta vez fue diferente. Hicimos un picnic, jugamos a la pelota y nos montamos en la barcas!
Cuántos años hace que no lo hacía! Uno de esos planes que ves ahí, de paso, y que como lo tienes a tu alcance lo dejas pasar… ya lo haré… pues este fin de semana lo hicimos! Y algo tan simple se convirtió en el super plan del día. Hay tantas actividades en Madrid que pueden convertirse en momentos especiales.
Navegar por Madrid es bastante económico. 7.5 euros por barca durante 45 minutos. Un capricho al alcance de los bolsillos. Y el plan es divertidísimo! Si estás por el Retiro con los niños, mira al lago y anímate!
El Parque es sin duda un lugar donde aburrirse es imposible. Comimos allí en el cesped a la sombra, nos reimos mucho los cuatro, jugamos, vimos a los «hombres-estatua»…
Y por la tarde, como ahora las horas son más largas, bajamos un rato al parque de la urbanización. Estábamos jugando allí y de pronto se encendieron los aspersores… mis hijos me miraron.. me preguntaron: ¿mama, podemos?
Les quité la ropa y se pusieron a correr como locos muertos de la risa, mojándose entre aspesor y aspesor…. Fue simplemente maravilloso!
Un momento improvisado, genial. Los que no se preparan: los mejores. A mi se me caía la baba viéndoles correr y reirse a carcajadas… Los niños ven oportunidades de pasarlo en bien en cualquier lugar y a cualquier hora. Envidio esa capacidad y cada día intento absorberla más…
Claro que luego vino el momento: mamaaaa qué frío…. menos mal que papá había traido unas toallas y nos fuimos corriendo a casa a meterles en un baño caliente!
Un día normal, sin planes cool ni lugares nuevos… un día en nuestra ciudad haciendo lo de siempre. Y sin embargo, un día único.
¿De eso se trata la vida no? De aprovechar lo que tenemos al lado, tan a mano y disfrutarlo con la pasión de la primera vez.