Todos sabemos desconectar en vacaciones. Nuestro cerebro está preparado para ello. Nos vamos a nuestro destino y nos dedicamos a relajarnos, pasear por la playa, jugar con los niños, tomar algo por la noche con los amigos… menos televisión, menos internet y menos redes sociales.
Algunos incluso nos planteamos muy seriamente desconectar de todo y olvidar el teléfono móvil. Ese que nos esclaviza durante el resto del año.
En vacaciones estamos dispuestos a ello. Toca olvidarse de todo. Dedicarse más a los niños. No estar pendiente del whats de instagram ni de llamadas.
Pero la vuelta a la realidad nos espera y os confieso que este año me está costando mucho volver a «conectarme» a mi vida. Me da una pereza infinita saber que mi día a día supone y exige estar constantemente pendiente de redes sociales e internet. Porque la vida real, la 1.0, pasa mientras yo cuido la 2.0.
Mis hijos estas vacaciones me han hecho pensar: y no vas a estar en el ordenador en vacaciones mama? Biennnn…
Todo el día pegada a una pantalla, un poco adicta la verdad…
Mola tanto estar en modo «off» durante unos dias que volver a encender tu vida cuesta y mucho. Es inevitable que durante el resto del año nuestra vida real sea dura, exigente y rápida. No podemos vivir de vacaciones es obvio.
Pero después de este maravilloso mes he decidido que quiero tener muchos más momentos «off» con mi familia. Dedicarme en exclusiva a ellos sin estar pendiente de nada más que de ellos. Y esto es algo que a veces no es innato, hay que trabajarlo y cuidarlo. Esforzarse y plantearselo en serio.
No pido mucho. O sí, lo pido todo.
¿Te apuntas a reservar todas las semanas unos ratitos «off» para dedicartelos a ti y a los niños?