Ana Belen, la mama arqueóloga y emprendedora del proyecto “La Fiesta del Ciclón” , de la que ya os he hablado en otra ocasión, ha querido compartir con nosotros un precioso viaje con su hijo a Irlanda. Y es tan bonito todo lo que ha visto y lo que cuenta que ya veréis como empezaréis a pensar: Irlanda, ummmmm…. Os dejamos con ella! Gracias Ana Belén!
Yo sabía, aún sin haber estado, que era una enamorada de Irlanda. Desde que la literatura de Tolkien me trasladara de niña a bosques de helechos y manantiales, desde que las historias de duendes y hadas alimentaran mi fantasía. Y es que Irlanda es mucho más que Guinnes, paisajes acantilados y músicos callejeros. Irlanda con niños: un país maravilloso donde el tiempo parece detenerse entre construcciones megalíticas y espesas brumas. Por todo eso y por mucho más, Irlanda siempre fué uno de mis viajes soñados.
Planificamos un viaje de carretera sin prisas, con paradas en varias ciudades; tomando como punto de referencia, pueblos pintorescos, lugares de interés arqueológico y sorpresas que cada día nos iba deparando. Nuestro pequeño Ciclón tenía entonces 20 meses; una edad perfecta para descubrir y experimentar.
Alquilamos un Volkswagen Polo de color blanco en el aeropuerto, que nos acompañó todo el viaje rural hasta la vuelta a Dublin. Comenzamos por la ciudad de Limerick está a unos 200 km al Suroeste de Dublín. Es un precioso lugar, muy tranquilo, bordeado por el río Shannon. La novela «Las cenizas de Ángela», de Frank McCourt está ambientada en Limerick y describe a la perfección sus calles y gentes. Nos quedamos 4 ó 5 días alojados en un Bed&Breakfast encantador, llamado «Twin Oaks». Desde ahí, hicimos varias excursiones; ya que elegimos Limerick como «hogar» debido a que está situada en el centro de varios condados interesantes que queríamos ver (Kerry, Cork, Clare, Tipperary…).
DIA 1. PERDIDOS POR EL BURREN EN BUSCA DEL DÓLMEN DE POULNABRONE.
Nos despertamos bien tempranito para ir de excursión por una amplia zona de praderas, lagos y acantilados llamada The Burren, en el condado de Clare. En mi afán de búsqueda de Patrimonio Histórico allá donde vaya, tenía pensado ver el famoso dolmen de Poulnabrone, pero al final acabamos perdidos dando vueltas en coche.
La primera parada fue el Castillo de Dunguaire; que data del s. XVI. De noche organizan los típicos banquetes medievales, pero nosotros preferimos verlo de día. Está rodeado por un lago y las vistas son espectaculares.
Después, seguimos buscando el dólmen pero sin privarnos de más hermosas vistas y paradas. Esta región rural transmite paz, olor a hierba recién cortada y a tierra mojada. Paseando, descubrimos lugares pintorescos, gatitos amorosos que Ciclón pudo acariciar y flores hermosas para oler y nombrar un amplio abanico de colores de la naturaleza.
Por la tarde fuimos a ver los bellos e impresionantes Acantilados de Moher, y pudimos dar un paseo por sus alrededores y ver la Torre de O,Brian, cerca de la localidad de Doolin. ¡Si os animáis, tened en cuenta el fuerte viento que corre allí. Apenas pudimos sacar a Ciclón del carrito!
DIA 2. GALWAY
He de decir que de las ciudades por las que pasamos, Galway fue la que más me gustó (dejando al márgen Dublin, como gran capital). Lo mejor de Galway es perderte por sus pintorescas calles, admirar los escaparates de las tradicionales «bakeries», disfrutar de su gastronomía y de su ambiente juvenil y relajado, y, al caer la tarde, practicar eso de «Allí donde fueres, haz lo que vieres» y unirte al pub a tomar unas pintas. (Aunque he de decir que nos tomamos eso de inmiscuírnos en la cultura irlandesa muy a pecho y a diario al caer el sol, teníamos cita obligada con nuestras Guinnes en el pub más cercano). Es una ciudad tranquila y amigable, con muchas zonas peatonales y jardines, por lo tanto perfecta para pasear con niños.
DIA 3. CONDADO DE TIPPERARY, LIMERICK Y EL TWIN OAKS.
La primera parada fué Rock of Cashel, uno de los enclaves arqueológicos más bellos y mejor conservados de Irlanda.
Es un lugar muy visitado, pero a pesar de ello, el pueblo de Cashel aún conserva el encanto de una pequeña población de mercado. Aunque Ciclón era muy pequeño, durante el trayecto en coche, alternabamos los capítulos de Pocoyó con las historias fabulosas de castillos, duendes y hadas, ambientados a veces por oscuras neblinas en la carretera, y siempre rodeados de bosques y lagos. Por eso pienso que, aunque disfrutamos muchísimo de ese viaje, es un lugar muy mágico, que haría alimentar más y mejor su imaginación ahora que tiene tres años y disfruta tanto de los cuentos.
Nuestro Bed and Breakfast en Limerick fué genial. Paddy y Madeleine son una pareja muy simpática y servicial, que nos alojaron y nos proporcionaron la calidez de un hogar tan acogedor, que nos hizo sentir en casa. Por la mañana, olía a té, huevos revueltos, filetes y salchichas (el desayuno irlandés es marca de la casa) Además siempre había un frutero con fruta fresca a nuestra disposición. Salían a desearnos los buenos días, a darle un achuchón a Ciclón y a resolvernos cualquier duda en nuestras rutas (cuáles eran las mejores carreteras, lugares que no podíamos perdernos, etc).
DÍA 4. CORK.
El condado de Cork se sitúa a unos 85 km al sur de Limerick. Allí, al igual que en Kerry (más o menos a otros 85 km al Oeste de Cork), se puede respirar aires de antaño con bares de música y bailes tradicionales irlandeses, una fantástica gastronomía. El Oeste es Irlanda en estado puro. Cork me pareció más grande y bulliciosa que Galway. Dimos un paseo y paramos a jugar en Tobin Street Park, repleto de tórtolas para perseguir, césped sobre el que descansar y bonitos tulipanes.
También pasamos por la Catedral y por el «English Market», un mercado tradicional con bóvedas victorianas y puestos de productos locales de calidad y comida para llevar.
DÍA 5. DESPEDIDA DEL TWIN OAKS Y VIAJE AL CONDADO DE MEATH.
En la mañana del quinto día, nos despedimos de Paddy y Madeleine y agradecimos mucho lo bien que nos habían hospedado. Volveríamos al Twin Oaks una y mil veces más, sin pensarlo. Nuestro viaje en coche para ese día eran más de 300 kilómetros que separan Limerick del condado de Meath, al este de la Isla (visto en el mapa, justo encima de Dublin). Ciclón fue un campeón, ya que el viaje en coche lo hizo mitad dormido y la otra mitad escuchando a mamá y a papá cantar y contar historias de castillos, hadas y leprechauns. Llegamos a Meath para ver uno de los mejores enclaves prehistóricos conservados en el mundo: Bru Na Boine, una fabulosa necrópolis neolítica bastante más antigua que Stonehenge.
Sus tumbas, fueron las estructuras artificiales de mayor tamaño de Irlanda hasta que, 4000 años después, se levantaron los castillos anglonormandos. Tuvimos oportunidad de conocer el interior de la estructura circular conocida como Newgrange, construída hacia el 3200 a. C aproximadamente (unos seis siglos anterior a las pirámides de Egipto). Sólo durante el solsticio de Invierno, la luz se filtra por una pequeña oquedad e ilumina todo el interior. Fuera, el camino está lleno de piedras milenarias con grabados de origen celta, pues fue un lugar muy especial con un uso prolongado en el tiempo.
Después de almorzar por los caminos, y de decir adiós al mundo rural, bosques, lagos y olor a hierba, dejamos nuestro coche en el aeropuerto para dirigirnos a nuestro hotel en Dublin «Cassidys Hotel», que aunque no estaba mal, no era ni de lejos tan acogedor como nuestro «Twin Oaks».
Su viaje continúa.. te lo seguimos contando dentro de muy poquito… Dublin con niños. Qué ver y hacer.
Muchas gracias Ana Belén por compartir con todas las mamas viajeras este maravilloso viaje en familia.
¡ Me ha encantado! Viví en Irlanda una temporada y aprovechábamos los fines de semana para viajar. Galway también es de mis ciudades preferidas, se nota el ambiente universitario. Respecto al dólmen de Poulnabrone decir que es bastante fácil perderse. Nosotros nos equivocamos un par de veces antes de encontrarlo y, perdido com está en medio de la nada, ¡¡en frente hay una casa!! Irlanda es un país precioso y su gente atenta y simpática.
Muchas gracias por la información. Hacemos este verano una ruta en familia por Irlanda, sobre todo es Irlanda del Norte, pero queremos bajar al Burren y a los Acantilados de Moher. Así que la información nos viene muy bien. Un saludo!