Me paso el día contando los sitios increíbles con los que sueño… los que me gustaría conocer… pero a veces olvido los otros, sitios increíbles que ya he visitado y a los que me gustaría volver con mis hijos. Porque ya fui y los disfruté con mi pareja, pero la visión de ir como madre cambia y mucho la forma de disfrutarlos. Tengo un recuerdo precioso de todos y cada uno de ellos y sé que algún día volveré. No sé cuando, pero volveré…
1. PERITO MORENO.
Argentina fue uno de los viajes más completos que he hecho en mi vida. Perito Moreno es un lugar que me sobrecogió, que despertó en mi la sensación de estar «en el fin del mundo». En pocos lugares la naturaleza es tan abrumadora.
2. MONUMENT VALLEY
Recuerdo que madrugamos para ver salir el sol y recorrer el parque casi solos. Y lo conseguimos. Y fue como estar de verdad en una peli del oeste… y a ratos me preguntaba si de verdad todo aquello era real o se trataba de un decorado de cartón piedra que alguien había dejado después de grabar. Fue una mañana mágica, inspiradora y única. Mi cámara no podía dejar de hacer fotos porque cada rincón era más increíble que el anterior. Muero de ganas de ir allí con los niños.
3. MALDIVAS
Fue mi viaje de novios y juré que algún día volvería. No sé si podré permitirmelo pero sigo soñando con esas playas de aguas cristalinas, con esos fondos de coral y con esos atardeceres perfectos de cielos anaranjados. Si el paraíso existe, debe ser algo parecido a esto.
4. PARQUE KRUGER
Hacer un safari y compartir con tus hijos el latido de la vida salvaje. Ver a los animales en su hábitat natural… pocas vacaciones en familia garantizan la emoción de un safari. En la sabana el león sigue siendo el rey y los turistas somos sólo meros espectadores. La emoción de buscar entre las sombras animales… recorrer la sabana africana en todoterreno da otra visión del mundo.
5. CAMBOYA
Fotografía vía
Cuando viajo con mis hijos me gusta que conozcan otras realidades. Otras culturas. Otras razas y otras condiciones sociales. Nacer en el primer mundo es tener ya una papeleta de buena suerte debajo del brazo. En Camboyá me impactó muchísimo la pobreza extrema, sobre todo de los niños, pero más aún su generosidad y su sonrisa. Quiero que mis hijos descubran esa otra realidad, que aprendan a compartir y que sean conscientes de la suerte que tienen.
Y tú, a qué lugar que has viajado sin niños te gustaría volver con ellos? Cuentanos y danos ideas…