Si a tus hijos les fascinan los coches, ya tienes un nuevo sitio que apuntar en tu agenda. La Torre de Loizaga, en Bizkaia, es un sitio no muy conocido y sin embargo impresionante. Uno de esos museos para niños que pueden ser un plan muy divertido si en tu casa los coches son una pasión, como en la mía.
El dato es rotundo: La colección está considerada única en el mundo por tener todos los modelos de la marca Rolls-Royce. Casi nada. Y este dato que quizá no impresione tanto a los niños, sí es impresionante para los padres que disfrutarán observando y conociendo cada uno de ellos.
Construida en el medioevo, el actual castillo fue reconstruido en 1985 y consta de una torre (Torre de Loizaga) de 25 metros de altura rodeada de diferentes estancias, un foso con puente levadizo y murallas.
Esto ya en sí mismo es un plan: murallas, foso y puente levadizooooo!!!! No crees que el ambiente medieval ya de por sí ofrece muchas opciones para inventar historias y contar cuentos?
El lugar está en Galdames, a 35 km de Bilbao. Y en entorno es maravilloso. Ahora en invierno quizá no apetece tanto, pero en primavera, verano y otoño el plan redondo es visitar la exposición y después dar un paseo por los alrededores y respirar un poco de aire limpio.
La lujosa colección privada de coches clásicos de alta gama no tiene desperdicio. Los niños fans de los vehículos alucinan. Hay 75 coches, de los que 45 son Rolls Royce. Todos por supuesto en perfecto estado… pequeñas joyas de 4 ruedas.
Alguno de ellos incluso han pertenecido a dirigentes del pasado, como por ejemplo un ‘Phantom IV’ de 1955, que perteneció al emir de Kuwait y del que sólo quedan 17 unidades en el mundo.
CUEVAS CERCANAS. Y para completar el plan. Muy cerca tienes las cuevas de Pozalagua, un lugar con fama mundial por sus características estalactitas excéntricas. Ha sido votada como “Mejor Rincón de España 2013” por la Guía Repsol y merece mucho la pena pero otro día nos extenderemos más sobre este lugar tan especial.
COMER. Y para comer os proponemos un sitio cercano que merece mucho la pena: el Hotel San Roque, uno de los restaurantes sostenibles de hermeneus. Buena comida en un lugar que piensa en los niños.