Desconectar en familia en un entorno tranquilo es un lujo que cada día valoro más. Elegir un hotel alejado del ruido y de la gran ciudad, despertarme con las montañas en la ventana y disfrutar de la naturaleza con mis hijos me provoca sensaciones felices. Y para este tipo de escapadas la cadena Paradores es siempre un acierto. Alojamientos perfectos para desconectar, recargar energías y disfrutar de tiempo en familia.
Hace años que no visitaba Cuenca y tenía muchas ganas de volver a esta ciudad, Patrimonio de la Humanidad. Cualquier mes es perfecto para escapar de Madrid y visitarla. Un destino slow life, algo que tanto apreciamos los que vivimos en ciudades grandes. Y para alojarnos, otro acierto, el Parador de Cuenca, un convento ubicado en la Hoz del Huécar. Abrir las ventanas cada mañana y tener las casas colgadas frente a tu ventana es la mejor forma de empezar el día.
El motivo de esta escapada era disfrutar del nuevo programa de entretenimiento para familias que ha puesto en marcha la cadena Paradores: Inviernos en familia. Los Paradores de Chinchón, Cuenca y Sigüenza ponen en marcha un calendario de actividades para disfrutar juntos en familia: cine, taller de restauración y una actividad especial en cada uno. El programa comenzó el pasado 5 de febrero y termina el 2 de abril de 2022.
¿Y en qué consiste? En disfrutar una actividad pensada para vivirla en familia. Cada parador ofrece un programa distinto. El parador de Cuenca, por ejemplo, ofrece una búsqueda del tesoro. El de Sigüenza una visita guiada dentro del Parador diseñada para familias y el de Chinchón, una yincana en el jardín. Nosotros vivimos la búsqueda del tesoro por las instalaciones del parador y fue un plan muy divertido y recomendable.
La búsqueda del tesoro fascinó a mis hijos. Las monitoras repartieron planos y la actividad fue un éxito. La actividad consistía en ir encontrando pistas, cofres y llaves. Imaginad la emoción de buscar la siguiente foto, la siguiente carta y descubrir dónde está la pista que te lleva a la próxima y así sucesivamente hasta localizar el gran tesoro. Los niños corrían atentos intentando ser los primeros.
Las plazas son limitadas y es necesaria una reserva previa para participar. A la actividad pueden apuntarse tanto las familias alojadas en el parador como los clientes de restauración. La actividad empieza a las 18 h pero antes, de 16:00 a 18:00, tiene lugar la actividad “Club Parador”, un servicio de guardería con actividades para niños que también probamos.
Son dos horas en las que los niños hacen juegos y manualidades acompañados de las monitoras por lo que tú puedes dejarles allí y disfrutar de ese rato de adultos a solas.
Nos alojamos en una habitación familiar y los niños dormía en camas supletorias. Nos recibieron con detalles para ellos: unas mochilas para pintar y neceseres con esponjas, cepillos y jabones infantiles.
INSTALACIONES. El Parador tiene un encanto único. Su claustro acristalado y la antigua capilla, hoy convertida en acogedora cafetería, y la preciosa panorámica de la ciudad hacen que te sientas desde el primer minuto en un sitio único. Es un alojamiento que combina a la perfección el relax y la paz que se respira en sus instalaciones con la divertida oferta de actividades para familias y niños.
Además en temporada tiene piscina exterior.
RESTAURANTE
El restaurante del Parador ofrece también una experiencia en familia. Está ubicado en el antiguo comedor de los monjes del convento y es comodísimo bajar de tu habitación y cenar en el mismo alojamiento. Me gustó que tienen menú infantil y carta. Ofrecen lo mejor de la gastronomía de la zona y platos tradicionales como los Zarajos de Corderos o el Ajo Arriero.
QUÉ VER EN CUENCA
Desde el Parador puedes acceder al centro de Cuenca en pocos minutos porque está ubicado junto al centro histórico de la Ciudad y sólo con cruzar el Puente San Pablo ya estás en las Casas Colgadas y muy cerca de la Catedral.
Recorrimos la ciudad disfrutando de un juego de pistas en comic que dan en la Oficina de Turismo. Una forma muy divertida de conocer los edificios y secretos de Cuenca porque los niños se convierten en guías de la ciudad junto a Leo Mangala.
La ciudad me sorprendió. Acogedora, fácil de conocer, amable, limpia… y qué bien se come. Un destino perfecto para una escapada cercana.
Y por supuesto si estáis en la zona tenéis que visitar la Ciudad Encantada y el mirador Ventano del Diablo. A poco más de 30 kilómetros del parador podrás visitar ambas cosas. La ciudad encantada es un maravilloso capricho de la naturaleza, un paraje natural de formaciones rocosas calizas donde se crea la ilusión de pasear entre calles, plazas, altos edificios, bosquecillos, animales, puentes romanos e incluso barcos, todos ellos vigilados por una enorme cabeza de gigante.
Cuenca es una provincia con infinitas posibilidades. Os hablaré de planes por la zona en otro post y nosotros no tardaremos en volver.
¿Hace cuánto no visitas Cuenca?
Os dejo toda la información del parador aquí: www.parador.es