“Nunca es demasido tarde para dejar de gritar”. Esta frase ha provocado que hoy viernes no toque plan. Hoy reflexión. Ya sabéis que de vez en cuando nos entra el momento sensible y las teclas del ordenador van solas… Lo leí y me quedé enganchada, un artículo maravilloso,(como muchos otros) del Huffington post. “La importancia de gritar”.
Al leer la experiencia de esta madre me he emocionado. Me da vergüenza reconocerlo, pero sí, a veces, más de lo que me gustaría, grito.
Ella cuenta: ¿qué hacían mis pequeñas de 3 y 6 años para que yo me pusiera así? Quizás insistían demasiado en salir corriendo a por tres collares de cuentas más y a por sus gafas de sol rosas favoritas aunque ya fuera tarde. O intentaba echarse ella misma sus cereales y vertía la caja entera por la encimera de la cocina. O peleaban por cosas ridículas como quién era la primera en bajarse del coche o quién podía coger el trozo más grande de helado. ¿Por qué tenía que gritar a esas dos criaturitas a las que quería más que a mi vida?
Vivimos demasiado deprisa. Tenemos tantas cosas en la cabeza, trabajo, tareas pendientes… queremos que nuestros hijos vivan al mismo ritmo que nosotros, pero no… ellos viven en su mundo sin prisa, de juegos, de inocencia. Un mundo en el que se caen los cereales y no pasa nada porque tienen media hora para recogerlos. Y eso es maravilloso!! Ellos TIENEN que vivir así.
Si leéis el artículo quizá también se os pongan los pelos de punta con lo que fue el punto de inflexión de esta madre. Un día a su hija se le cayó arroz al suelo, la niña se puso a llorar temiendo la reacción de la madre y ella se dio cuenta del miedo que le tenía su propia hija. “no era la madre que yo quería para mis hijas”.
Ohhh, trago saliva, tengo un nudo en la garganta. No. Yo tampoco quiero que mis hijos tengan a una madre que les grita. Quiero hablarles con paciencia. Explicarles lo que está bien y mal. No perder los nervios. Quiero que reciban de mi: amistad, comprensión, cariño. Que se sientan seguros aunque se les caigan al suelo cientos de cereales.
Al gritar se impide la comunicación sí. Tú te alejas de ellos y ellos se alejan de ti. No te quejes dentro de unos años….
Me despido con las reflexiones maravillosas del reportaje:
Lo importante es… que nunca es demasiado tarde para dejar de gritar.
Lo importante es… que los niños saben perdonar, especialmente si ven que la persona a la que quieren intenta cambiar.
Lo importante es… que la vida es demasiado corta como para enfadarse porque los cereales se han vertido o porque los zapatos no están bien colocados.
No importa lo que pasó ayer, hoy es un nuevo día. Mira por la ventana, ¿ves la luz? Es viernes. Piensa en la sonrisa de tus hijos.
Prométeme que, pase lo que pase, no vas a gritar.
Feliz Fin de semana!
Gracias Joana por hacernos parar y pensar. Feliz viernes!
Gracias a ti Sandra por leer la web siempre! Tus palabras me hacen sentir bien… Un beso enorme!
Muy buena reflexión. Me gusta!
Recuerdo ese artículo, también me hizo reflexionar…
Nunca es tarde para dejar de gritar.
Yo, ¡prometo que nunca más!
Besos ibéricos
mamá Curra
Gracias María!!! Un beso trasoceánico para ti. Disfruta de ese paraíso que tienes ahora para ti y tu familia. Perdemos unas cosas, pero ganamos otras…