El Ratoncito Perez viene a casa

Todo es emocionante y especial la primera vez. Y en mi casa el Ratoncito Perez nos acaba de visitar. Ha sido una mañana emocionante y preciosa. Desde ayer había muchos nervios. El diente se le cayó con un golpecito jugando con su hermano y lo que en otro momento habría sido un drama fue motivo de alegría «me has dado un golpe pero te perdono, se me ha caído el diente que se movía! Biennnn» Menos mal que ya habíamos visitado la casa del Ratoncito y «el ratón me conoce» me dijo.

La noche anterior todo eran preguntas: y ¿ crees que me dejará dinero o regalos? ¿Si me despierto por la noche podré verlo?

Teníamos la bolsita para guardar los dientes que nos hizo la abuela y la sacamos corriendo. La hicieron juntas nieta y abuela con goma eva, estas cosas me parecen que tienen mucho más encanto que las que se compran. Es super sencilla!

Por la mañana el ratón había dejado un caminito de monedas de chocolate (me lo contó una vecina y me pareció una idea genial, así que fui a Mercadona (venden una bolsa con estas de distintos tamaños) y llevaba con la bolsa guardada en un armario  más de un mes…

El día llegó. Y el ratoncito con las prisas se dejó las moneditas por el suelo… se han levantado de un salto y se han lanzado los dos a recogerlas, una por una, contando y fijándose: esta es de dos euros, esta más pequeña…

La de verdad estaba en la almohada, en la bolsita donde ya no estaba el diente.

Sus frases durante el desayuno eran para grabarlas: yo he visto la cola! «yo también» «se escondió cuando mama vino a arroparnos… por eso dejó el camino de monedas» «A mi me ha dejado monedas de chocolate también porque le ayudé a quitarte el diente»

Bendita inocencia. Quiero ser tan blanca como ellos. En qué momento los adultos nos cargamos de  culpa, prisas y problemas que luego quizá no lo son?

Gracias por esa mañana de ilusión querido Ratoncito. Te esperamos la próxima vez. Seguro que también será especial, pero ya no será la primera…