Otro de mi propósitos de este año es sentirme en paz. Disfrutar de las cosas. En resumen: ser un poco más feliz. Qué fácil parece verdad? Cuántas cosas tenemos para sentirnos así y qué rapido se nos empaña entre los problemillas del día a día. «Me gusta ser feliz, es más divertido vivir así» Hoy unas rutinas fáciles que ayudan a sentirse bien. Porque hay muchas acciones que dependen solo de ti y que pueden mejorar tu actitud y satisfacción ante la vida.
BUSCA TIEMPO PARA TI. Para lo que te guste. Aficiones (deporte, apuntáte a algo y que esa hora o horas semanales sean sagradas). Quedar con tus amigas. Unas risas entre mujeres sientan mejor que cualquier terapia. Ir a andar, ir de rebajas… lo que sea… pero un rato a la semana tiene que ser para ti. Porque para cuidar hay que cuidarse.
COME SALUDABLE. Está demostrado. Si comes bien, te sientes bien. No es una frase hecha es verdad de la buena. Y comer bien no es comer poco ni estar a dieta. Yo como muchísimo y alimentos con muchas calorías (como frutos secos que me encantan) pero intento que todo sea sano y reducir cada vez más las grasas malas y el azúcar.
HAZ ALGO BUENO POR ALGUIEN. No hace falta ir a una ong a hacer una gran acción social. Mira a tu alrededor. En tu trabajo, en tu vecindario. Esta Navidad nos propusimos hacer sonreir a la gente de alrededor y los niños y yo nos dimos cuenta de lo fácil que es y de cuánto lo agradecen los que nos rodean. ¿Y si invitas a un café al portero de tu oficina? ¿y si llamas a esa amiga que está triste y te presentas de sorpresa en su casa?
Hacer algo por los demás es una poderosa manera de aumentar nuestra propia felicidad y también dejar un granito de arena en el estado de ánimo de los demás.
APRENDE ALGO NUEVO. Aficiones nuevas, retos nuevos… siempre motiva mucho. Fotografía. Costura. Baile. ¿Qué te apetece hacer? Apuntate, prueba, disfrútalo.
¿Se te ocurre alguna más? ¿Te apuntas a introducir pequeñas rutinas de felicidad?