Cada vez que Paula de Sweet Ale me envia uno de sus planes, hay flechazo. Sus propuestas siempre son especiales: rincones perdidos, hoteles únicos, naturaleza y paisajes para olvidarse del mundo… Esta zona del sur de Portugal me ha enamorado. Estoy deseando conocerla, y en cuanto veas sus fotos de estas vacaciones para niños en Portugal seguro que tú también! Gracias Paula! Tu blog es un gran descubrimiento.
Hoy en “mamás viajeras” vamos a ir un lugar donde, durante siglos, se creyó que era “el final del mundo”; un lugar donde se acaba la tierra y empieza el mar. Estamos hablando de la Costa Vicentina, donde los altísimos acantilados entran y salen del mar formando un paisaje impresionante. Estamos justamente en el extremo occidental de la Península Ibérica, en el Parque Nacional del Suroeste Alentejano. Os presentamos nuestras vacaciones para niños en Portugal.
Esta es la única región de Portugal con dos costas, la meridional y la occidental; esta zona siempre estuvo rodeada de un aura de misterio y respeto debido a la bravura del paisaje, a las olas rompiendo contra el litoral y al viento, pero donde la naturaleza todavía se conserva en su estado original, ya que apenas hay construcciones.
A pesar de que este litoral es de 60 km aproximadamente entre “Odeceixe” y “Sagres” y merece la pena recorrerlo en su totalidad, ya que hay algunas playas que están consideradas como “joyas” de la costa Vicentina (Murraçao, Mirouço…) por su belleza y porque están desiertas prácticamente todo el año; vamos a dejarlas de lado y centrarnos en Sagres y sus alrededores.
A estas alturas os estaréis preguntando, ¿qué pintamos nosotros con los niños en un entorno aparentemente tan hostil?
Pues os diré que es un lugar maravilloso para ir de viaje en familia. Hay que recorrer esta costa en coche, durante varios días, sin prisas, contemplando la bravura del paisaje y disfrutando de la naturaleza en su estado puro.
CABO SAN VICENTE. Por eso vamos a adaptar esta zona a unas vacaciones para niños y vamos a empezar visitando el Cabo de San Vicente, el pueblo de Sagres, recorriendo la costa más próxima y descansando en la playa de Martinhal
DORMIR: MEMMO BALEEIRA HOTEL. Para conocer esta zona os propongo pasar unos días en el “Memmo Baleeira Hotel”. Está situado sobre la bahía de Sagres, justo encima del puerto de pescadores. Tiene habitaciones familiares muy amplias con una pequeña cocinita. El desayuno buffet es muy completo y la decoración del hotel es una mezcla entre diseño y contemporáneo. Tiene amplias zonas de jardín y una piscina cubierta y otra al aire libre. Pero lo mejor que tiene este hotel es, sin duda, su emplazamiento.
SAGRES. Sagres es un pueblecito de apenas 2.000 habitantes, que conserva su toque surfero y hippie de hace años, donde, desde el otro lado del océano, se desplazaban los surfistas en busca de la mejor ola. Pero sobre todo es un pueblo de pescadores, enclavado en plena Reserva Natural de la Costa Vicentina, donde está situado el cabo de San Vicente, y su faro que desde siempre ha sido referencia para los navegantes. La visita al Cabo de San Vicente es obligatoria, y os recomiendo contemplar las olas rompiendo en la costa porque es un paisaje realmente espectacular.
Esta zona de la costa es bastante escarpada y recorrerla puede ser peligroso. Cada uno que mida sus posibilidades, nosotros cuando hicimos este viaje con unos amigos, íbamos con seis niños, pero todos están muy acostumbrados a andar por las rocas, así que aunque en algún momento pasamos vértigo, merece la pena no perderse este paisaje y caminar por algún tramo de esta costa.
Hasta ahora os he comentado la parte más salvaje de esta zona, que es la costa occidental, situada al norte del cabo de San Vicente. A partir de ahora hablaremos de la costa meridional, que es una zona mucho más tranquila, donde las playas son de arena y no están tan batidas por el viento.
PLAYA MARTINHAL. Concretamente, de la zona de la playa de Martinhal, que es muy tranquila, y donde los niños aprovecharon para jugar allí a las cabañas, ya que con frecuencia se pueden ver unas pequeñas construcciones en vertical de piedrecitas, que ya les fueron suficiente para imaginar sus cuentos. En una zona de la playa, hay unas pequeñas dunas que también aprovecharon para jugar, mientras nosotros descansábamos tomando un café en el bar de la playa.
Desde la playa de Martinhal podemos ir andando por un camino de tierra, hasta el Hotel “Memmo Baleeira” que es una opción estupenda para quedarnos allí unos días y explorar la Costa Vicentina.
Desde “mamás viajeras”, os animo a que conozcáis esta zona tan espectacular del sur de Portugal.
Y nosotras de damos las gracias. Porque sweet ale es un blog en el que descubrir planes preciosos con los niños. No te los pierdas!