Viajar con niños a Disney
La vuelta, resacón de Felicidad… Recién llegada de Orlando. Terrible Jet lag sí, 20 horas de viaje sobre mi espalda… y a eso hay que sumar dos niños pequeños y retraso de 5 horas, cocktail explosivo…
Y sin embargo he llegado con una sonrisa tonta y perenne en mi cara. Nada me pesa. Todo da igual. Porque me he traído la alegría puesta. La cara de felicidad pegada. La imagen de mi hija mayor con los ojos abiertos como platos, atónita ante la cabalgata de sus sueños. Todas sus princesa «preferidas» juntas! Y ese brillo puro que sólo tienen los ojos de los niños…
Podría hablaros de trucos para organizarse (os aseguro que he aprendido mucho y que traigo tips claves), de las mejores atracciones, de cómo moverse por allí, pero todo eso, lo «racional» voy a dejarlo para otro día. Hoy quiero hablar de magia. De cómo nuestros hijos nos pueden contagiar una ilusión única. Mindfullness le llaman a su capacidad de disfrutar cada momento centrándose sólo en lo que están viviendo. Pues eso en Disney es más fácil que en cualquier otra parte.
Porque soy adulta, sí, pero te confieso que yo también me he emocionado ante la magia de Disney. Porque durante unos días he vuelto a ser niña, a disfrutar de los cuentos, de las sorpresas… y de esos personajes que no existen pero que por unas horas te hacen creer que son de verdad.
Los niños contagian una inocencia tan inmensa que en Disneyworld uno se olvida de quién es y de los problemas que tiene durante unos días. La mejor terapia antiestrés, vivir unos días una vida de cuento. De mentira, sí, pero de cuento. Y de vez en cuando sienta tan bien…
No sé cuánto durará esta “resaca” de felicidad. Espero conservala mucho. Sé que este es uno de los viajes de mi vida. Y no ya por el destino. Sino por el brillo en los ojos de mis hijos y de mis sobrinos. Porque lo hemos vivido todos juntos. Porque vivir experiencias tan fascinantes como esa, en familia es una suerte, digo más… un privilegio…
Sé que seguiré viajando. Y que muchos destinos van a sorprenderme. Pero en pocos voy a sentirme tan frágil, tan niña y tan feliz como en este.
No voy a engañaros. Disneyworld agota. Hay momentos de cansancio extremo. El parque es enorme, es complicado organizarse, llegar a todo y los niños (sobre todo en el caso de los míos que son pequeños) hay ratos que se cansan y ya no pueden más. Y los adultos tampoco.
No todo es felicidad y sonrisas. Hubo momentos de «no puedo más». Pero luego descubres frente a ti al Castillo de Blancanieves, y ves pasar la cabalgata con Minnie saludando y a tu hija gritando: minnieeeee, nos vemos mañana en el desayuno!!! (Nos alojábamos en un hotel disney y había personajes a la hora del desayuno). Y entonces se te pasa todo.
Claro que sí, mañana tomo gofres con Minnie Mouse. No es eso suficiente para sonreir?
No quiero enrollarme. El cansancio no me lo permite. Como dice el refrán: “una imagen vale más que mil palabras”. Así que diez imágenes valen más que 10.000 palabras…
Ahí van…
Próximamente llegarán los consejos, los tips, los trucos. Voy a diseccionar mi viaje para daros todos las pistas próximamente y así ayudaros a poder planear un viaje sin sobresaltos. Mientras tanto… disfrutad de la magia!
oooh me viene de perla, porque quiero organizar un viaje como este, pero no sé por donde empezar. Estuve mirando en internet y el viaje en avión con un transbordo no me convencia. En cuanto a los hoteles, estaba un poco perdida, así que estaré pendiente del siguiente post con los consejos! Gracias
Me encanta!!!!!!! Hoy vi a tu enana y tenía una cara de felicidad increible. Qué bueno que estuviera tan bien! Ya te decía yo que merecía la pena! Y que lo hayas disfrutado tú también, mejor que mejor.
Esperando impaciente…