La magia Disney es una realidad. Sus espectáculos son siempre una dosis de alegría, de inocencia, de volver a ser niño en la butaca… El musical Disney Live! Mickey’s Music Festival era uno de nuestros grandes planes de esta Navidad. En cuanto supimos que venían a Madrid, lo teníamos claro: iríamos los 4 juntos. Ver los ojos de mis hijos iluminados, atónitos, disfrutando al máximo, son sensaciones que me hacen feliz más que cualquier otra cosa.
Cantar y bailar con el cangrejo Sebastián, acompañar en sus preciosas canciones a la Sirenita, movernos al ritmo de Toy Story y sus divertidos bailes… Este musical no es sólo para ver, sino también para participar: padres y niños terminamos de pie en nuestras butacas, bailando y viendo a nuestros hijos felices. Disney es único y arrastra. Uno se olvida de todo lo que hay fuera: preocupaciones y disgustos y vive durante hora y media una especie de burbúja de sonrisas y canciones que tus hijos reconocen a la perfección y tú también.
Lo bonito de Disney es que no sólo forma parte de la infancia de nuestros hijos, también lo formo de la nuestra. Y trae tantos recuerdos bonitos volver a ver a Mickey y a Minnie, con esa voz dulce inconfundible… y saber que a pesar de que muchas cosas han cambiado y la vida de nuestros pequeños ya no tiene nada que ver con la que tuvimos nosotros hace 30 años, hay cosas que siguen así… manteniendo viva la ilusión de los niños. Disney es una de ellas.
Me sentó de maravilla esa dosis de magia navideña. De relax cantando canciones de niños de la mano con mis pequeños, dando palmas…
Gracias Disney por una tarde mágica en familia.
En Madrid el espectáculo está hasta el 4 de enero y las entradas están a la venta en la web de Proactiv.