Descubrir nuevos destinos de los que no esperas nada pero te sorprenden en todo, es uno de los placeres de los que disfrutamos viajando. No conocía Alcalá la Real. No sabía qué iba a encontrarme. Y he descubierto un destino familiar tan completo e interesante que creo que es preciso hablar de él para que muchas otras familias vivan como yo ese efecto de enamoramiento.
La primera carta de presentación fue encontrar a lo lejos la panorámica de la Fortaleza de la Mota. Onmipresente, majestuosa. La Mota domina el paisaje de Alcalá y ya anuncia que estás ante un destino con historia. Hay otras Alcalás, pero esta es «La Real».
Alcalá la Real tiene un pasado lleno de historia del que hablan sus palacios modernistas y su construcciones. Pero su esencia se conserva intacta. Tiene clase pero sin perder su identidad campesina. Su ubicación fronteriza le concede un carácter especial y eso se nota en sus habitantes. Es un pequeño gran destino. Y está lleno de planes bonitos para hacer en familia así que hoy te cuento algunos.
Sin lugar a dudas, la Fortaleza de la Mota es el sitio más emblemático de la ciudad. Uno de los recintos amurallados más importantes de Andalucía. Declarada Bien de Interés Cultural, está emplazada en el cerro del mismo nombre, desde donde podrás disfrutar de unas vistas impresionantes de la ciudad y sus alrededores. Plan imprescindible si visitas la ciudad y más aún si vas con niños. Van a alucinar con la catapulta, los trajes de época, los laberintos de la ciudad oculta.
Pocas cosas provocan tanto la imaginación de los niños como los lugares en los viajes viajas en el tiempo. En el interior de la fortaleza podrás contemplar también otras piezas arquitectónicas como un trazado urbano medieval, antiguos aljibes y un nevero, entre otras.
Pero si hablamos de Jaén, nuestra cabeza asocia directamente esta tierra al aceite. A Jaén se la conoce como la capital mundial del aceite de oliva. La importancia del olivo para el territorio andaluz trasciende lo puramente alimentario. Fuente de salud, representante de una cultura ancestral e icono de toda una comunidad, hablar del olivo en Jaén es hablar de uno de los pilares fundamentales de su historia a todos los niveles.
Por ello uno de los planes que no debes dejar de visitar Alcalá Oliva, una empresa familiar que nace para el cultivo del olivar y la producción de aceite de oliva que además tienen un museo del Aceite de Oliva donde puedes descubrir la historia de la planta del olivo, la clasificación del aceite de oliva, sus variedades y el proceso productivo.
La singularidad de Alcalá se aprecia también en la inmensa cantidad de edificios modernistas, que aquí se vio influenciado por el regionalismo andaluz. La mayor parte de esas casonas pertenecieron a familias de comerciantes que desde finales del siglo XIX conformaron la burguesía alcalaína. Una de ellas es el Palacete de la Hilandera, diseñado en 1897 por Manuel López Ramírez. Visitarlo merece la pena.
Otro lugar interesante es el Palacio Abacial, que inició su construcción en estilo neoclásico en el último cuarto del siglo XVIII, como reedificación de una antigua casa señorial. En la actualidad alberga el Museo Arqueológico de Alcalá la Real y es sede del Conservatorio Elemental de Música y de la Oficina de Turismo. No dejes de pasear por Alcalá y recorrer sus calles sin prisa, comer rico y disfrutar de un destino cercano y fácil que te permite saborear la historia y sentirte como en casa.
Otro de los planes es visitar Tierra de Fronteras, que presumen de ser los primeros en la fabricación y comercialización de la primera cerveza elaborada según las técnicas tradicionales de la provincia de Jaén. Su cerveza está deliciosa y lo mejor son las vistas de su terraza. Tomarse allí una rica cerveza invita a detener el tiempo.
ALOJAMIENTO. Me alojé en el Hotel Palacio Veracruz, un hotel con mucho encanto ubicado en el centro histórico. El Hotel presenta una interesante muestra de arquitectura modernista en un edificio totalmente restaurado con un patio precioso.
Toda la información y planes en: www.alcalalareal.es