Escocia con niños

Todos los viajes son especiales. Más aún los viajes que hacemos durante  la infancia de nuestros hijos. No colecciono ninguna clase de objetos,  pero sí momentos inolvidables en familia más allá de nuestras fronteras. LLevaba años queriendo conocer Escocia. Mejor dicho, soñando con conocerla. Por eso para nosotros no era un viaje como los demás.

Llevábamos meses organizando los sitios que veríamos, leyendo cuentos  sobre Nessie y haciendo dibujos sobre la cosas «tipicas» de Escocia. Les  había hablado a mis hijos de Rob Roy y Willian Wallace, de las vacas peludas de las highlands y de los frailecillos de la Isla de May. Del tren de Harry Potter y de los castillos con fantasmas. De los animales del Museo Nacional de Escocia y del perrito Bobby…..

LLevaba meses pensando en «planes para niños» y Escocia no tiene poco en ese género….pero lo que no podía imaginar es que el auténtico plan sería Escocia misma. Pocas veces les he visto disfrutar tanto en un destino.

No podría contar la cantidad de piedras que han tirado a lagos, las veces que han rodado por colinas de hierba y saltado sobre piedras en riachuelos (con más de una caída incluida)….Creo que lo que recordarán de Saint Andrews será el rato buscando cangrejos bajo su castillo. Del lago ness, comprobar que los patos comen patatas fritas y de Eilean Donan, que puedes tener el castillo mas famoso de Escocia casi para ti solo…

Lo que yo he aprendido es que si la gente siempre vuelve de Escocia enamorada de sus paisajes y lagos es porque su belleza y su magia te atrapa y ya cada vez que escuchas su nombre sueñas con el día
en el que puedas volver. Escocia tiene algo de mágica. De fantasmagórica. Por eso le sienta tan bien el nublado. Qué equivocada estaba al mirar el tiempo y desear que nos hicieran días de sol…los
tuvimos, pero me quedo con los ratos de cielos nublados bajo los que el verde de las colinas y valles aparece como un sueño del que no quieres despertar…quién volviera a aquel atardecer dramático atravesando Glencoe; quien volviera a aquel embarcadero perfecto buscando al monstruo del lago less; quién volviera a reir con los juegos de la cámara oscura y a tumbarse bajo el castillo de Edimburgo mientras los niños juegan en el parque….

Y a toda la cantidad de emociones que Escocia te puede ofrecer, hay que añadir que es un país lleno de gente amabilísima (muchisimo más que en el resto de paises europeos que hemos visitado); donde la mayoría de los supermercados y restaurantes están abiertos hasta tarde; donde si vas en verano anochece tardísimo lo que permite exprimir mucho más los días y donde las posibilidades de disfrutar y de enamorarse son infinitas!

Aquí mis recomendaciones para visitar Escocia con niños:

– Lo primero leer cuentos, contarles historias y ver pelis y series ambientadas en Escocia. Yo tengo debilidad por la serie Outlander 😉 pero ésta no es para niños!!

–Reservar unos cuantos dias para las tierras altas. Disfrutar el día de la subida haciendo muchas paradas. Las nuestras no se desviaban practicamente nada de la carretera y me parecieron todas lugares
mágicos: Midhope house (Lallybrock en Outlander) Esta parada confieso que era por mi ;); Castillo de Doune; picnic en Loch Lubnaig que está a pie de carretera y es espectacular; Pequeño cementerio de Balquider donde está la tumba de Rob Roy (sí! auténtica) porque es precioso; Cascadas de Killin;  mil paradas en Glencoe para hacer mil fotos y el Centro de Visitantes donde es habitual ver ciervos.

– Recorrer las abadías medievales de los Borders (nosotros vimos Melrose y Dryburgh)  y el espectacular mirador de Sir Walter Scott. Les hablé antes de Robert the Bruce y Sir Walter Scott y disfrutaron buscando sus tumbas entre los jardines…

– Visitar Saint Andrews y la costa de Fife. La primera nos pareció una ciudad encantadora. Imprescincible bajar a las mazmorras del castillo que les encantó a los niños. También dejarles que busquen cangrejos en la playa y recorran, jugando, las ruinas de la catedral. En Saint Andrews nació el golf y su campo (Old Course) es mítico, de entrada gratuita y fabuloso para que corran. Los mios no querían irse…

– LLegar con tiempo para disfrutar de esa imagen del tren de Howarts Express que tanto hemos visto en las pelis. Pasa sobre las 11 menos 10 por el Viaducto de Glenfinnan. El camino hasta la colina para verlo sale del centro de visitantes y es muy bonito (hay un riachuelo al lado muy tentador para ellos). Después subir al otro mirador que está al lado para disfrutar de la panorámica del momumento de Glenfinnan.

– Hacer una parada en el embarcadero de Fort August junto al lago ness. Buscar al monstruo y de paso, alimentar a los patos. Este sitio fue uno de los mejores descubrimientos del viaje.

– Disfrutar del Castillo de Urquath sin prisas, bajar a su playita a seguir buscando al monstruo (si no lo habeis encontrado antes ;-))  y tomar una tarta en su cafetería. Son deliciosas y qué decir de las vistas…

– Visitar el Castillo de Eilean Donan a última hora de la tarde, cuando ya se han ido los turistas y tienes la isla para tí solo….Mágico!!! Subir al mirador Carr Brae Viewpoint desde donde la panorámica del
castillo es inolvidable.

– Reservar al menos dos días para Edimburgo. Con niños creo que merece muchisimo la pena el Museo Nacional de Escocia (uno de mis hijos salió llorando cuando lo cerraban); la cámara oscura y sobretodo dejar que jueguen en el parque que hay en los jardines de Princes Gardens bajo el Castillo… También creo que no hay que perderse ni el Carlton hill ni el pequeño y encantador barrio de Dean Village…

Seguiría horas hablando de las maravillas de Escocia pero ya me ha quedado bastante largo 😉 Si quereis conocer la ruta entera os la cuento aquí .

«Gracias Helena por hacernos soñar con este destino, que desde ya pasa a mi lista de viajes pendientes. Por tu generosidad al compartirlo y por ser una mama viajera tan inspiradora siempre»