No hay cosa que más me guste que un plan en la naturaleza con los niños. Me carga la pilas. Me encanta sacarles del asfalto y enseñarles cosas que creo que los niños de ciudad deben saber y vivir. Porque ni la tele ni las tablets ni las calles llenas de coches pueden enseñarles a qué saben las espinacas recién cortadas, cómo crecen los pimientos ni qué diferencia hay entre una calabaza cacahuete y otra… Recolectar verduras con los niños en un huerto ecológico suena genial no crees?
Pasar la tarde encerrada en un centro comercial no no va conmigo. Siempre busco planes al aire libre, que me hagan interactuar con los niños, jugar con ellos, aprender… Descubrí la web de Rural it gracias a la revista de Kiva Magazine (que por cierto os recomiendo, es maravillosa y detrás tiene un gran equipo)
Leí la posibilidad de ir a un huerto ecológico a recoger verduras y me faltó tiempo para apuntarme! Planazo para un domingo soleado de noviembre. A pesar del buen tiempo decidimos llevar nuestras nuevas botas Havaianas y sin duda fue un acierto, la huerta estaba encharcada da estos días de lluvia y con las botas los niños se movieron sin problema a pesar del barro.
La visita la hicimos en el Huerto El Fresnedal de Brunete. A los niños les reparten unas cestas y a los papas unas tijeras. Nos enseñan como se cortan los pimientos, cómo se recogen las calabazas, qué diferencias hay entre unas verduras y otras, cuándo es la temporada de cada una. Los niños escuchan atentamente las explicaciones, aprenden, absorben, disfrutan. Educar en salud. Porque somos lo que comemos, de eso no hay duda y si queremos que nuestros hijos se atrevan a comer y probar de todo este tipo de iniciativas ayudan.
Para ellos es emocionante recorrer la huerta con su cesta e ir recolectando sus propias verduras. «Mira papa qué pimiento más grande» «Por qué unos son rojos y otros verdes»… muchas preguntas y muchas respuestas, y ellos van asimilando la información de una forma muy natural, mientras van llenando sus cestas de esas verduras que ahora sí les apetece probar.Muchos se animaron hasta a probar espinacas recién cortadas de la tierra… a qué sabe? Preguntó el monitor. «A hoja» respondieron. ja,ja.. sí con un poco de aceite y sal es otra cosa…
También les dieron de comer a los caballos, a los ovejas, a las ocas… Hablamos muchos, nos reimos, aprendimos la importancia de la comida rica, olimos plantas, llenamos nuestras cestas…
Después un picnic para coger fuerzas antes de volver a casa hizo que la mañana fuese redonda!
Y nos volvimos a casa felices después de una bonita mañana haciendo lo que más nos gusta hacer: pasar tiempo de calidad en familia. Enhorabuena Rural It por esa maravillosa inicitiva!