Roma en 48 horas

Hablar de Roma es hacerlo de historia, transportarse a épocas pasadas. Roma es probablemente la ciudad con mas bellezas artísticas por metro cuadrado del mundo. Hacía muchos años que no la pisaba y un viaje improvisado y romántico con mi marido me regaló 48 horas en esta ciudad. Es maravilloso volver a un lugar que ya conoces y no tienes la presión de «ver»  y te dedicas a disfrutar. A comerte un tiramisú al sol. A disfrutar de callejear sin rumbo. A recorrer la Roma de las postales sin prisa. Sin rumbo. Hoy os cuento qué hacer en 48 horas en Roma para disfrutarla a tope.

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PRIMER DÍA EN ROMA 

Comenzamos nuestro día en la Piazza del Popolo, que estaba al lado de nuestro hotel.  Es un lugar de mucho simbolismo para los romanos porque está coronada por el Obelisco Flaminio (traído del Circo Máximo) y flanqueado por las iglesias gemelas de Santa Maria dei Miracoli y Santa Maria in Montesanto. Las vistas desde arriba merecen la pena así que no dudes en subir a los Jardines del Pincio, por las escaleras de su parte este.

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De ahí recorrimos  Vía Margutta. Una calle un poco escondida pero preciosa llena de galerías de arte y mucho encanto, refugio natural de pintores, escultores, artistas, poetas y músicos desde hace siglos. En esta pequeña calle han vivido en algún momento de sus vidas personalidades como Puccini, Picasso, Anna Magnani o Federico Fellini y donde se rodó «Vacaciones en Roma». Merece la pena recorrerla, es tan fotogénica.

Después recorrimos la parte más turística de la ciudad. La Fontana de Trevi, un lugar de visita obligada donde todo el mundo quiere hacerse fotos. La Fontana está siempre llena y rodeada de multitudes, pero la gente se va turnando para hacerse fotos así que si esperas unos minutos  tendrás tu foto.

En 5 minutos caminando llegaréis al Panteón de Agripa el edificio mejor conservado del Imperio Romano   y uno de los más fascinantes. Por sus proporciones (mide exactamente lo mismo de diámetro que de altura: 43’30 metros) , por su estado de conservación (es el edificio de la antigua Roma mejor preservado) , por su historia (desde los restos romanos hasta las tumbas de grandes de la cultura italiana como el pintor Rafael ) y por su emplazamiento (la preciosa Piazza de la Rotonda) . La entrada es gratuita.

Desde ahí visitamos la Plaza Navona. Su enorme forma ovalada se debe a que se erigió sobre el antiguo estadio romano de Domiciano (lo poco que queda de él lo puedes ver en la iglesia de Sant’ Agnese). Cuando el estadio desapareció, durante siglos, se inundaba la plaza para hacer desfiles de barcos. Si la Fontana de Trevi estaba llena de gente, aquí tienes una nueva oportunidad de hacerte fotos en otras preciosas fuentes: la del Moro, la de Neptuno y la central, la más importante, la de los Ríos, obra de Bernini. Creo que es mi plaza preferida de Roma.

Ese día comimos en el mítico restaurante Da Bafetto junto a la Plaza Navona. Es un lugar muy popular por sus ricas pizzas al horno. Os hablé de este restaurante y de otros EN ESTE POST. Allí los cuento lo que más me gustó de cada uno.

Por la tarde nos dedicamos a pasear por la Vía del Corso, una famosa calle comercial y terminamos en Plaza de España, donde probamos los famosos tiramisú de Pompi. Nos sentamos a tomarlo en la preciosa escalinata que vemos en filmes como ‘Vacaciones en Roma’. A los pies, la fuente en forma de barquita.

Ese día fuimos a ver el atardecer junto al río. Yo había intentado reservar el tour de Civitatis por la Roma Nocturna pero ya no había entradas (me han hablado maravillas de ella) y como me quedé con la pena decidimos ir por nuestra cuenta a ver cómo se encendía la ciudad junto al río. Fue un momento maravilloso. La luz cayendo, ver cómo se encendieron los edificios… aquella paz.

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Y de allí nos fuimos a terminar ese intenso día cenando en mi zona preferida para comer de Roma: el Trastevere. Teníamos apuntados varios restaurantes pero mirando las cartas nos decidimos por Grazia y Graziella.

Y fue un acierto. Pasta exquisita y a un buen precio. Trastevere es una zona super animada y después de la cena nos tomamos una copita en un bar junto al restaurante.

SEGUNDO DÍA EN ROMA

Recorrimos la orilla del río y cruzamos el puente San Angel. No entramos al Castillo porque ya lo conocemos y nos apetecía disfrutar más de la ciudad. Pasear por Roma es un lujo en sí mismo. Los edificios, la luz, el río…

Vaticano y Capilla Sixtina. Desde allí llegamos al Vaticano, que está muy cerca. El Vaticano merece un post aparte porque su visita es uno de los imprescindibles en Roma y hay tantas colas que conseguir entradas se convierte en todo un arte y en algo que muchos utilizan para timar a los turistas. Ya os lo conté en stories, a nosotros intentaron timarnos varias veces antes de entrar. Apunta todos los domingos que el papa está en Roma tiene lugar, en la Plaza de San Pedro, el rezo del ángelus a las 12 del mediodía. Así que consultalo en la web a ver si tienes suerte.

Lo ideal si no quieres verlo con guía es reservar la entrada con antelación en la web del vaticano AQUI.De esta forma pagáis sólo el precio de la entrada y no tenéis que esperar cola porque vais el día y la hora que hayáis comprado.  Pero si preferís  hacer la visita con un guía os recomiendo cogerlo AQUI, funcionan muy bien y tienen buenos precios.

Trastevere. No lo dudamos y repetimos la zona del Trastevere para comer. Desde Vaticano cogimos un taxi que nos costó 8 euros. Es un placer perderse por sus callejuelas adoquinadas y disfrutar de sus casas populares medievales hasta llegar a piazza Santa Maria in Trastevere, donde  se levanta la más antigua de las basílicas de Roma. Me apetecía además ver y recorrer esta zona de día. Tiene tantísimo encanto.

Desde el Trastevere llegamos al Barrio Judío. Es otro de los rincones con más encanto de la ciudad eterna: el ghetto judío de la ciudad, el ghetto ebraico, integrado en el barrio de Sant’Angelo. Al norte está delimitado por la plaza de Torre Argentina, santuario de gatos y lugar de asesinato del César; al sur, por los puentes Fabricio y Cestio, que conducen a la isla Tiberina, y por las ruinas del Teatro Marcello.

Caminando llegamos a nuestro último destino el Foro Romano y el Coliseo. No pensábamos entrar en ninguno de ellos porque ya los hemos visto por dentro pero nos apetecía volver a disfrutarlo desde fuera.

Foro Romano y Coliseo Romano. El Coliseo es otra de las joyas italianas y todo el que va a Roma tiene en su lista visitarlo. Recomiendo visitarlo al atardecer cuando la luz anaranjada redobla su encanto.

El Coliseo, construido en el siglo I d.C. es el gran símbolo de la Roma Imperial. Declarado Patrimonio de la Humanidad es además de una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo Moderno. Si quieres hacerte sesión de fotos te aconsejo que subas al muro que hay justo enfrente.

APUNTARTE A UN TOUR GRATIS. Para no dejarte nada de lado en la Ciudad Eterna nada mejor que apuntarse a alguno de los tour gratis que recorren la Roma clásica, al mismo tiempo que un guía te va contando su historia. Me parece una idea fantástica para aprender la historia de una ciudad. ¿Habéis cogido alguno? En Civitatis tienen ESTE 

Nuestra visita fueron 48 horas. Ibamos sin niños y nos dedicamos a pasear, comer y disfrutar pero lógicamente al ser dos adultos andamos muchísimo, todas estas visitas me parecen complicadas y muy ambiciosas de hacer en dos días si vas con niños ja,ja. Pero quería contaros la ruta para que vosotros las apuntéis y las vayáis haciendo en el orden que mejor os vengan.

Una visita que no nos dio tiempo pero que también os recomiendo es Pasear por VILLA BORGHESE.  No es un parque urbano más, es uno de los más grandes de Europa y entre sus encantos está el de pasear por sus jardines entre edificios, esculturas, monumentos y fuentes de importantes artistas de diferentes épocas. Una parada de lo más relajante al norte de la ciudad.

Y otro plan que me quedé con muchas ganas de hacer es subir al monte Aventino, entre el Jardín de los Naranjos y la villa del Priorato de Malta y mirar por el orificio de  la cerradura de la cancilla del Priorato de los Caballeros de Malta . Tiene una de las vistas panorámicas más mágicas y bonitas de Roma.  No os voy a desvelar qué veis, porque merece la pena descubrirlo.

Otros planes chulos que te recomiendo: Ir a ver «Il Bucco» del cementario de la orden de Malta. En una colina al lado del circo Massimo. Comer en Campo Di Fiori, un planazo. Y una recomendación cultural menos vista: la Iglesia San Ignazio di Loyola en la via del Caravita, 8. Enciende la luz, mira el techo y alucina.

Roma es una ciudad que no falla.  Se trata de buscar entre sus rincones la magia para que la recuerdes el resto de tu vida. Se trata de hacerla tuya. Esta última vez me ha parecido mucho más accesible y fácil que nunca. Creo que fui sin pretensiones y por eso he disfrutado tanto de esta ciudad.

Roma os espera.

2 comentarios en «Roma en 48 horas»

    • Ibamos andando! La verdad es que recordaba Roma más grande pero esta vez andando llegábamos a todas partes. Se recorre bien de un lado a otro. Solo cogimos taxi para ir del Vaticano a comer a Trastevere. Un beso Natalia

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