Como será nuestro verano

Nada será igual este verano. La sensación de tranquilidad y relax mental que tanto caracteriza a estos días de vacaciones ya no estará. Tendremos que disfrutar guardando distancias sociales, evitando abrazos y cubriendo sonrisas. Los niños ya no podrán correr libres por la playa pisando toallas ajenas, ni revolcándose junto a las olas con los amigos que acaban de conocer en la orilla.

La espontaneidad, tan implícita en los niños, habrá desaparecido.

Nada será igual este verano. Este verano toca ser responsables, trabajar en mantener todo lo conseguido para no dar pasos atrás. Toca «no tocar».

Y a pesar de todo, creo que este verano la prioridad tiene que ser  «ser felices». Porque después de tres duros meses metidos en casa oyendo hablar de un virus del que nuestros hijos dependiendo de edades entienden algo o poco, los pequeños se merecen unos días en blanco. En los que escribir atardeceres, cuentos mirando al cielo y picnics improvisados.

Sé que no son buenos momentos para nadie. Ertes, empresas familiares que tocan fondo, recortes y sustos. Sé que por mucho que sobre el papel escribamos que hay que ser optimistas, la realidad nos aplasta cada día y cuesta mucho levantarse cada mañana.

Pero creo que el verano es justo ese momento necesario para tener unos días de cerebro en calma. Y esto es como los trenes, que si lo dejas pasar lo pierdes, y llegará septiembre con nuevos problemas y quién sabe cuantos nuevos sustos. Piénsalo, no hay más oportunidades.

El verano es necesario cada año y este más que nunca. Porque después de una crisis tan brutal como la vivida, todos necesitamos unos días en familia sin miedo y relajados.

El verano será distinto. Pero habrá que hacerlo bonito, ¿no te parece?. Habrá que buscar la calma en espacios abiertos, en bosques profundos, en lagos escondidos… habrá que hacer comidas familiares aunque sea en casa, habrá que bailar bajo la lluvia, que es gratis, y habrá que ver atardecer desde acantilados cercanos.

Este verano toca descubrir lo que tenemos cerca para mirarlo con ojos nuevos. Y la ventaja es que la naturaleza nos espera más receptiva que nunca y no hay mejor lugar para estar de vacaciones que ella.

El secreto no está en viajar sino en sentir. Nada será igual este verano. Porque si queremos será mejor.

 

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