Viajar con niños que han empezado con las papillas, ¿qué debo tener en cuenta?

Viajar con niños suele ser una preocupación extra. Al margen de que queremos hacer esas cosas que a ellos tanto les gustan, también debemos estar pendientes de qué necesitan o cuáles serán sus necesidades en un momento determinado. La alimentación, como factor clave, es un punto que no hay que pasar por alto, aquello que tiene que estar siempre presente para nosotros como progenitores.

 

Los pequeños que se han iniciado con las papillas, como el pasajero que mayor revolución puede ocasionar, son hoy los que más nos interesan, esos hijos de los que hay que estar atenta y con los que no se nos pueden pasar las horas de las comidas, cenas o aperitivos que les estemos dando.

¿Qué debo tener en cuenta cuando viajo con un bebé que necesita papillas?

Asegurarnos un viaje con niños que han empezado su dieta de papillas puede parecer una pequeña odisea pero, si valoramos los tips de recomendación que leemos en Internet o de los que nos hablan los expertos, será mucho más sencillo hacer una preparación de la ruta así como disfrutar de nuestra estancia.

Con una serie de pasos que no nos complican el día a día, conseguiremos que el pequeño se sienta como en casa, que no note el cambio de dónde está y que tenga sus alimentos siempre listos para cuando el hambre avecine. Manteniendo esto por delante, a continuación, os dejamos con unos consejos que seguro te vienen bastante bien:

Preparando la comida para el viaje

Cuando somos padres estamos acostumbrados a llevar bolsas extra cada vez que salimos de casa. Al iniciarse con las papillas conviene que, además, pensemos en envases herméticos con los que podamos meter todo el contenido. Evitando que se derrame o estropee, la aventura será bastante entretenida. ¿Te animas?

¿Viajar en avión o en coche?

Al viajar con un niño no es igual hacerlo en un avión que en un coche. El segundo transporte, que permite que tengamos mayor libertad para las acciones, es dónde vamos a poder jugar con nuestro hijo, preparar su comida en el momento en que necesite y no depender de horarios o personal externo.

En cualquier caso, si el destino es para un avión, debemos contar con un bolso de mano que acepte las regulaciones de seguridad del aeropuerto y llevar envases que igualmente estén adaptados –para contenidos de 100ml son los que ahora mismo vemos- Con todo esto bajo control, seguro que tú también te lo pasas en grande.

Comiendo papillas en el hotel

Al llegar al hotel deberemos pasar por recepción y demás personal del alojamiento. Es importante saber en todo momento que el equipo está disponible para cualquier petición que queramos hacer así que siempre lo mejor es comunicar que vamos con un niño pequeño para que lo tengan presente.

Los procesadores manuales de comida te pueden ayudar bastante en tu estancia y es que, tanto si cocinas como si prefieres tirar de paquetes preparados, estamos ante un elemento que sirve y que, estemos dónde estemos, se comporta como el mejor compañero con el que podamos contar. ¿Te vas a quedar sin ver todo lo que se te puede ofrecer para tu próximo destino?

Acostumbrar al bebé a las papillas

Antes de irnos de viaje -o en un pequeño hueco que tengamos del día si vamos demasiado apurados- debemos acostumbrar al bebé a que se haga con el sabor de las papillas, a que sepa que eso es lo que va a comer durante una temporada. Como con todo, las primeras veces suelen ser muy complicadas y es por eso que debemos establecer un orden para que nada se nos vaya de las manos. ¿Lo tienes ya?

Seguridad en los viajes con niños, ¿por qué es algo fundamental?

El hecho de que nuestro hijo haya comenzado con las papillas en su menú y que nosotros como padres le estemos preparando todo para el destino, ya nos habla de una parte fundamental de la seguridad. Protege tu viaje ante cualquier imprevisto que pueda darse y, como es natural, también estaremos más tranquilos desde el primer minuto en que salimos de casa.

Considerar los distintos protocolos de seguridad que debemos tener presentes -tanto si el transporte que cogemos es un avión como un tren- es algo que no podemos pasar por alto, que conviene que siempre llevemos muy presente y que nuestro hijo, por encima de todas las cosas, sea el principal de la historia.

Los viajes con niños dan mucho trabajo pero igualmente suelen ser bastante divertidos, originales para una época que no se va a volver a repetir. Esto, que es lo que le da todo el sentido a que estemos continuamente mirando qué destinos son los mejores o cómo nos vamos a organizar con las distintas tareas, habla por sí solo. ¿Te animas a hacer de tu verano una experiencia única?

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